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lunes, 19 de noviembre de 2012

PRESIDENTES DE MÉXICO PARTE ll


MARIANO ARISTA


Mariano Arista. Presidente Constitucional de México (1851-1853). Nace en la ciudad de San Luis Potosí el 26 de julio de 1802.
Llegada la adolescencia, a los 15 años, ingresó como cadete en el Regimeniento de Provinciales de Puebla, porteriormente pasó al de Lanceros de Veracruz y por último al de Dragones de la ciudad de México. En Junio de 1821, con el grado de teniente coronel , se incorporó a Iturbide.
Participó en el sitio de México, dentro de la primera división que se estableció frente a la Villa de Guadalupe, donde destacó por su buen desempeño, siempre a las órdenes del brigadier Pedro Zarzosa.
Siendo General Brigadier es desterrado en 1833 a Estados Unidos por intervenir en un pronunciamiento. Regreso del destierro al triunfo del Plan de Cuernavaca, y fue restituido a su grado.
En 1839 fue comandante General de Tamaulipas y luchó en la expedición de Texas. En 1846 tomó el cargo del Ejército del Norte, peleó contra los norteamericanos en las batallas de Palo Alto y La Reseca; derrotado en ambas ocasiones dejó el mando al general Francisco Mejía.
Del 12 de junio de 1848 al 15 de enero de 1851, durante la presidencia de José Joaquín Herrera, ocupó la Secretaría de Guerra y Marina y en ese mismo mes de 1851 el Congreso lo nombrá Presidente Constitucional, asumiendo el cargo el 15 de enero de ese año, por entrega que le hace su antecesor José Joaquín de Herrera, fue la primera vez en la historia de México que ocurrió una transmisión de poder de un presidente a su sucesor constitucionalmente electo por medio pacífico y sin conflictos.
Formó su gabinete con elementos moderados, liberales puros y conservadores. Continuando con las disposiciones disciplinarias inciadas por Herrera, el nuevo presidente reordenó la hacienda pública y trató de sanear al ejército; pero los militares reaccionaron secundando en 1852 el Plan de Hospicio, lanzado en Guadalajara, concluyendo la renuncia de Arista y el regreso de Antonio López de Santa Anna a la presidencia.
El 6 de enero de 1853 renunció a la Presidencia debido a la inestabilidad política y la falta de respaldo del Congreso. Se exilia voluntariamente a Europa y se dice que murió en Lisboa, Portugal en 1856. Aunque algunos historiadores afirman que murió el 7 de agosto de 1856, a bordo de un vapor inglés, durante la travesía de España a Francia.
El Gobierno del General Comonfort le declaró benemérito de la patria por Decreto del 26 de enero de 1856 y en 1880 el general Porfirio Díaz hizo traer los restos, que descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres de la Ciudad de México


JUAN BAUTISTA CEBALLOS

Su nombre completo fue Juan Bautista Loreto Mucio Francisco José de Asís de la Santísima Trinidad Ceballos Gómez Sañudo.
Nació en la ciudad de
Durango el 13 de mayo de 1801.
Juan Ceballos provenía de una familia con gran influencia y poder en las cuestiones religiosas.
Realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás, en Valladolid y posteriormente pasó al Colegio de San Idelfonso en México, D.F., donde estudió Leyes hasta recibir su título de Licenciado en Derecho, ejerciendo su profesión en México, D.F.
Durante su época de estudiante universitario, se amistó con
Melchor Ocampo y Santos Degollado.
Tiempo después, se trasladó a Morelia, Mich., a ejercer su profesión.
Ceballos comenzó a ascender en su carrera como abogado y a ocupar diversos cargos públicos. Se desempeño como diputado federal en 1842 y 1847, secretario general de Gobierno durante la gubernatura de su amigo
Melchor Ocampo (1845-1848) y nuevamente diputado en 1851.
Cabellos era un hombre nuevo en la política; liberal moderado, figuró en varios Congresos y fungió como gobernador de
Michoacán; rigiendo bajo los principios e instituciones republicanas.
En 1852, el Presidente don Mariano Arista, obtuvo que nombraran al Lic. Ceballos como Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su trabajo más reconocible durante este periodo fue protestar contra el decreto del 21 de septiembre que suprimió la libertad de imprenta.
Ceballos obtuvo el poder cuando Mariano Arista renunció a su puesto como presidente. Envió una carta al Congreso de la Nación y pidió que Juan Bautista Ceballos tomará el puesto de la presidencia como interino.
Se aceptó dicha petición y Juan Ceballos entró al poder de la República Mexicana en el periodo del 06 de
enero al 07 de febrero de 1853.
El 19 de enero llamó a una Convención Nacional para la Reforma de la Constitución. Su propuesta fue rechazada y disolvió la Asamblea.
Los diputados designaron a Juan Mujica y Osorio como presidente interino, pero éste no aceptó. Cabellos se negó a firmar el Plan del Hospicio y entregó el cargo presidencial a Manuel María Lombardini el 20 de
abril de 1853.
Poco tiempo después, voluntariamente salió al destierro embarcándose para Nueva Orleans, permaneciendo en aquel lugar hasta que decidió regresar a la patria en 1855.
En 1856, fue electo Diputado Constituyente para participar en la Constitución de 1857, participando por el Estado de Michoacán, aunque también Colima lo había elegido como su Diputado, cosa que no aceptó porque prefirió hacerlo por Michoacán, porque en ese Estado había realizado estudios en la juventud y eso dio lugar a que muchos historiadores lo consideraban como natural de ese Estado de la República.
Cuando estalló la Guerra de Reforma en 1857, Ceballos decidió dejar México y residió en París, Francia. Ahí pasó sus últimos años de vida, ya que falleció el 20 de agosto de 1859.
En su testamento, dejó $5000.00 pesos a su albacea, el lic. José María Lafragua, para que concluyera sus asuntos pendientes. El resto de su fortuna la repartió entre su sobrino José Ceballos Cepeda, hijo de su hermano José Alejandro y Feliciana Cepeda; y la Casa de Corrección de Jóvenes Delincuentes.
Sus funerales fueron pagados y presididos por el ministro José María Lafragua en la Iglesia de San Roque; a donde acudieron mexicanos residentes en París, entre los que se encontraban el general Ramón Tavera, el
general Ignacio Comonfort, el coronel Juan Orbegozo y Francisco Olaguibel.

MANUEL MARIA LOMBARDINI

Manuel Apolinario José María Ignacio Antonio Lombardini de la Torre, nació en la ciudad de México el 23 de julio de 1802.
Hijo del contador Juan Domingo Lombardini Llano y de Mariana de la Torre Sánchez-Leñero. Miembro de una familia acaudalada de ascendencia italiana, se alistó en la Compañía de Patriotas de Tacubaya en 1814; luego se unió al Ejército Trigarante en 1821. Obtuvo sus cordones de cadete en el escuadrón número 6 de caballería de
Toluca, bajo el mando del general Vicente Filisola.
Retirano del servicio activo contrajo matrimonio por primera vez con Guadalupe Lemos, perteneciente una familia rica de la capital. Durante la lucha entre los partidos, Lombardini se unió a los yorkinos como subteniente miliciano y participó en el asalto de Tulancingo en 1828.
Militante activo en diversas asonadas, también combatió en contra de algunas de ellas, pero Lombardini se mantuvo siempre fiel seguidor del general Santa Anna, de quien mereció ascensos hasta llegar al grado de general.
Bajo las órdenes de Bravo participó en las guerras de Texas en 1836. Dos años después, combatió a los franceses durante la guerra de los Pasteles y a los estadounidenses en la intervención de 1846 - 1847, distinguiéndose en la batalla de la Angostura el 22 de febrero de 1847. En este año fue comandante de Querétaro, en 1849 jefe de la Plana Mayor del ejército. Tras la renuncia del presidente Juan Bautista Cevallos, el Congreso lo eligió por votación Depositario del Poder Ejecutivo, ejerciendo el cargo del 7 febrero al 20 de abril de 1853, fecha en que lo entrega al general Santa Anna. Al dejar la presidencia, se desempeña como gobernador de Puebla, en sustitución de Cosme Furlong.
Se encargó del Poder Ejecutivo a la espera de la llegada de Antonio López de Santa Anna. Durante su ejercicio, Lucas Alamán escribió una célebre carta en la que estableció los principios que deberían fundamentar el proyecto político de los conservadores. Lombardini aprobó los razonamientos de Alamán y preparó una farsa electoral para legitimar el retorno del caudillo. Dictó además algunas disposiciones administrativas, una ley para juzgar sumariamente a los delincuentes y una orden para que en las escuelas de la Ciudad de México se enseñara la doctrina cristiana. Antes de entregar el poder, Lombardini emitió un decreto mediante el cual designó a Santa Anna "capitán general de mar y tierra, con facultades omnímodas".
Murió en la ciudad de México el 2 de diciembre de 1853, cuando ocupaba el puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército y Comandante General del Distrito. Santa Anna, ordenará su entierro con honores en la Iglesia de San Francisco.

ROMULO DIAZ DE LA VEGA



Rómulo Díaz de la Vega, uno dicen que nació el 23 de mayo de 1800, y otros creen que fue en 1804 en la ciudad de México.
Estudió en la Ciudad de México y muy jovencito sentó plaza de cadete el 4 de junio de 1821.
En ese mismo año se creó la Escuela de Cadetes de Ingeniería y él ingresó al mismo para realizar sus estudios hasta obtener su título de ingeniero en 1825. En 1823 se trasladó la Academia a Perote,
Veracruz, donde continuó sus estudios hasta el 24 de enero de 1825 en que fue ascendido a Subteniente en el grado de Ingeniería.
El 5 de noviembre de 1827, la Secretaría de Guerra le encargó los trabajos de fortificación de los puertos de Alvarado, Veracruz y de Coatzacoalcos, Ver.
A finales de 1828 fue ascendido a Teniente del Cuerpo de Ingenieros. El 23 de marzo de 1830 fue ascendido a Capitán y el 11 de diciembre de 1832 fue ascendido a Capitán Efectivo.
El 21 de junio de 1833 dejó las filas del Gobierno para unirse a Don Mariano Arista y Gabriel Durán, rebeldes, por lo que fue dado de baja del Ejército el 7 de septiembre de se mismo año.
El 8 de octubre de 1833 fue hecho prisionero en Guanajuato y desterrado a Puebla.
A principios de 1835 regresó al Ejército con su mismo cargo de capitán de ingenieros.
Se unió a los conservadores en contra de los federalistas. Participó en las guerras internacionales en que se vio envuelto México en las primeras décadas de su vida independientes: Luchó en el Álamo durante la Guerra de Texas en 1836, lo que le valió una medalla de honor y el ascenso a teniente coronel; combatió contra los franceses durante la Guerra de los Pasteles en 1838, y en la Angostura y en Cerro Gordo durante la invasión norteamericana de 1846 y 1847, cuando fue hecho prisionero y enviado a Nueva Orleáns en los Estados Unidos.
Cuando se firmó el
Tratado de Guadalupe Hidalgo el 02 de febrero de 1848 y se realizó al finalizar la Guerra de Intervención Estadounidense. Fue entonces cuando Rómulo Díaz regresó a México y fue nombrado comandante de la guarnición de México cuando triunfó el Plan de Ayutla y Martín Carrera quedó como presidente interno.
Fue Gobernador de Yucatán de 1853 a 1854, de Tamaulipas de enero a abril de 1855 y del Distrito Federal en 1855 con el triunfo del Plan de Ayutla.
En virtud de que el general Martín Carrera renunció a la presidencia de la República y en tanto que los liberales, reunidos en Cuernavaca, eligen presidente, el general Rómulo Díaz de la Vega, comandante militar de la capital de la República, quien oportunamente se ha pronunciado a favor del Plan de Ayutla, se declara presidente (12 de septiembre a 3 de octubre de 1855), en espera de que sea relevado del mando.
Conservará el orden en la capital de la República durante 22 días, en los cuales, mantendrá la plena libertad de imprenta, derogará los impuestos sobre puetas, ventanas y animales domésticos y otros similares. El 4 de octubre siguiente, el general Juan Álvarez, jefe de la triunfante revolución del Plan de Ayutla, le ordenará entregar la plaza, lo cual será acatado de inmediato por Díaz de la Vega.
Después de haber sido presidente de facto en 1856 volvió al bando conservador y en 1859 Miramón lo designó Gobernador de la capital.
En 1860 asumió el mando del segundo cuerpo del ejército conservador.
Integró la Junta de Notables que eligió a Maximiliano I como emperador en 1863, y en consecuencia, sirvió a la intervención francesa y al Imperio. Y un año después fue nombrado prefecto del Imperio en el estado de Jalisco.
Al triunfo de Juárez, De la Vega fue sentenciado a dos años de prisión, los que le serían conmutados por confinamiento en Puebla, después de haber pasado algún tiempo preso.
Los últimos meses de su vida fueron muy tristes: enfermo, viejo y sin ahorros económicos, en la más cruel de las miserias, dejó de existir el 3 de octubre de 1877 y se supone, se decía, que sus restos fueron llevados al Panteón de San Fernando.






 Juan Álvarez Benítez


 nació el 27 de enero de 1790, en un pueblo de Santa María de la Concepción Atoyac, Guerrero. Fue hijo de Antonio Álvarez y Rafaela Hurtado que lo enviaron a estudiar al colegio de Ignacio Avilés, en la ciudad de México
A la muerte de sus padres, siendo apenas adolescente, tuvo que regresar a su pueblo nativo, para recibir su herencia, que, era de considerable magnitud y de la cual fue despojado por su tutor.
En noviembre de 1810, siendo apenas un adolescente, sentó plaza como soldado raso, en las filas del ejército insurgente de Morelos y por su carácter fuerte e indómito ascendió pronto a sargento.
Participó en el combate de Aguacatillo, de Tres Palos, Arroyo del Moledor y Tonaltepec, combatió también en La Sábana y obtuvo el grado de capitán. Antes de terminar el año de 1810, recibió un balazo que le atravesó las piernas. Fue ascendido a comandante del Regimentó de Guadalupe. Con
Don Hermenegildo Galeana asistió al asalto de la plaza de Tixtla, saliendo otra vez herido y consiguiendo está vez el grado de coronel.
En 1813 fortificó el Cerro del Veladero, del que se hizo cargo hasta 1814, en que fue batido por Armijo en Pie de la Cuesta.
Fue coronel y comandante militar de Zacatlán. Desde el 11 de agosto de 1819, libró 12 nuevas acciones de guerra, haciendo retroceder al enemigo hasta la plaza de Acapulco. En 1821, se encontraba Álvarez en Iguala, cuando se proclamó la Independencia de México. Le fue encomendada la capitulación de Acapulco, peleó con éxito al recibir de los realistas el puerto de Acapulco, del que fue nombrado comandante general.
Secundo el movimiento revolucionario de Guerrero y Bustamante, quienes desconocieron a la autoridad imperial de Iturbide. En 1828, sin rencor para los españoles, se opuso a la expulsión de ellos y fue su protector dando amparo a cuantos lo solicitarón. Proclamo el Plan de Jalapa, en 1830.
Combatió la intervención francesa en la Guerra de los Pasteles y a los Estados Unidos en la guerra de 1847, en la que tuvo una dudosa actuación, concretamente en la Batalla del Molino del Rey. Se caracterizaba por ser un cacique liberal con un poder regional tan importante que en 1849 impulsó la creación del Estado de Guerrero, del cual fue nombrado gobernador interino, y en 1850 triunfó en las primeras elecciones para convertirse en gobernador constitucional.
En 1854 proclamó el Plan de Ayutlá, que pondría fin a la dictadura de Santa Anna.
Fue elegido
presidente en 1855, aunque renunció al cargo ese mismo año por problemas de salud, durante ese periodo, convocó al Congreso que dos años después promulgaria la Constitución de 1857; promulgó la Ley de Juárez, que suprimía los tribunales especiales y modificaba el sistema de fueros. Nuevamente luchó junto al presidente Benito Juárez, ante la intervención francesa de 1861.
Murió el 27 de agosto de 1867 en la Ciudad de México. Sus contemporáneos lo llamaban "La pantera del Sur".
Sus restos fueron transladados con honores a la Rotonda de los Hombres Ilustres en la
Ciudad de México el 25 de diciembre de 1922.

IGNACIO COMONFORT

José Ignacio Gregorio Comonfort de los Ríos, presidente constitucional de México (1855-1857), nació en Amozoc Puebla, el 12 de marzo de 1812. Estudió en el Colegio Carolino de su ciudad natal, el que tuvo que dejar para ponerse al frente de su familia por la muerte de su padre.
En 1832 se alistó en el ejército al lado de Santa Anna para luchar contra el gobierno dictatorial de Anastacio Bustamante. Terminada la campaña se le nombró comandante de la guarnición de la plaza de Izúca de Matamoros, pero por haberse unido a una rebelión fue dado de baja y se dedico al comercio.
Vuelto a llamar al servicio fue nombrado comandante militar de Tlapa, en el actual Estado de Guerrero. Fue diputado al Congreso en 1842, 1846 y combatió en el valle de México en la
guerra contra Estados Unidos, en 1847. En 1848 fue nuevamente diputado del Congreso y senador hasta 1851. En 1853 fue nombrado administrador de la Aduana de Acapulco, cargo del que fue cesado por oden del general López de Santa Anna, aunque don Juan Álvarez, gobernador y comandante del departamento de Guerrero, lo hizo jefe de la guarnición de Acapulco y cuando el coronel Villarreal proclamó el Plan de Ayutla (que se oponía a la dictadura de Antonio López de Santa Anna) el 1 de marzo de 1854, fue secundado el día 11 por el coronel Comonfort.
Junto con Juan Álvarez, condujo la revolución contra Santa Anna en una campaña por el sur y resistió el asedio sobre Acapulco. Luego marchó a Estados Unidos, donde un negociante llamado Gregorio Ajuria le prestó 60,000 pesos, con la condición de que al triunfo de la revolución se le darían 250,00 pesos en oro.
Santa Anna, al ver lo incontenible de la revolución y que ésta se extendía por todas partes, abandonó el país el 9 de agosto de 1855 y el general Juan Álvarez asumió la presidencia, nombrando al general Comonfort ministro de Guerra, cargo que desempeño del 10 de octubre al 10 de diciembre de 1855.
Como
Álvarez renunció a la presidencia, quedó el general Comonfort como presidente interino, del 11 de Diciembre de 1855 al 30 de noviembre de 1857.
Su administración fue el preludio de la Guerra de Reforma. El 5 de febrero de 1857 había sido promulgada la nueva Constitución, que contenía disposiciones agresivas contra las posesiones y privilegios de la Iglesia Católica. En el mes siguiente la Iglesia amenazó con excomunión a todos aquellos individuos que la juraran, pero hacerlo era obligatorio para los militares y los miembros del gobierno. Los problemas no se hicieron esperar.
Se hicieron elecciones y eligiéndose presidente de la República al general Comonfort, el 1 de diciembre; el presidente de la Suprema Corte de Justicia era Benito Juárez.
El 17 de diciembre el general Félix Zuloaga proclamó el Plan de Tacubaya, por el cual cesaba de regir la Constitución. Comonfort, desconociendo las bases legales en que estaba asentado su gobierno, aceptó tal estado de cosas; hizo rehaprender al licenciado Juárez y a don Isidro Olvera, así como a varios legisladores que se oponían a ese golpe de Estado.
Una brigada se levantó en 1858 nombrando a Zuloaga como nuevo presidente, por lo que Comonfort quiso regresar a la Constitución y al liberalismo, pero sus amigos lo abandonaron y tuvo que huir a Estados Unidos.
El licenciado don Benito Juárez, presidente de la Suprema Corte de Justicia, de acuerdo con la Constitución de 1857 asumía el cargo de presidente interino de la República Mexicana.
Después de algún tiempo Comonfort regresó al país. El gobierno libró orden de aprehensión en su contra, pero Don Santiago Vidaurri no la acató.
Cuando se produjo la invasión francesa Comonfort ofreció sus servicios al gobierno y le fueron aceptados nombrándosele comandante del llamado Éjercito del Centro. Comonfort se hizo cargo de proteger Santiago de Querétaro, pero un día, de camino a
Celaya, fue herido de muerte el 13 de Diciembre de 1863, y murió el 14 de Diciembre de 1863, en una emboscada que le tendió el imperialista Sebastián Aguirre.



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