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lunes, 26 de noviembre de 2012

GLOBALIZACION Y POLITICA NEOLIBERAL EN MÉXICO




Globalización y política
neoliberal en México



En la década de los sesenta, irrumpieron tres dilemas estructurales del capitalismo, cuya salida facilitó la 
globalización, con tres rasgos negativos coyunturales. Los problemas estructurales fueron:
1. La crisis del Estado de bienestar, cuya respuesta fue la instauración del Estado mínimo o neoliberal. 
El “Estado providencia”, que tuvo mayor vigencia entre los años cincuenta y sesenta, se apoyó en cuatro aspectos del consenso político:
1. la relación entre política y crecimiento económico, con libertad de mercado;
1Álvarez Miranda, El Estado de Bienestar: 
veinte años de dilemas críticos, Madrid, Fundación Argentina, 1996.
 Offe, Claus, Contradicciones en el Estado e Bienestar, México, CNCA, 1990.

Globalización y política neoliberal en México
2. la racionalidad y efi ciencia de la burocracia encargada de administrarlo; 
3. el papel de la política social como 
estabilizador democrático y 4. la pretensión de reducir las desigualdades 
sociales
1
. La relación funcional entre 
Estado y mercado, enfatizó su papel 
legitimante, al tiempo que procuró reconciliar dos lógicas contradictorias: la 
maximización de benefi cios y la satisfacción de las necesidades sociales
2
. La crisis económica de los años setenta repercutió negativamente tanto en el modelo keynesiano como en el Estado de bienestar. El défi cit público fue señalado como una de las principales causas de la crisis económica, por ello, la propuesta neoliberal fue subsanar el défi cit público mediante la disminución del gasto estatal, la privatización de las empresas públicas, la reducción del aparato burocrático y el desmantelamiento del “Estado social”.
2. La crisis de la rigidez productiva fordista, la que se superó con la producción fl exible, es decir, la integración del mundo a través de redes productivas. El reemplazo del régimen fordista (acumulación rígida, trabajo especializado, producción en serie) por un régimen fl exible (computación, 
automatización fl exible, redes de información), fue producto de la tercera revolución tecnológica, en la que las tecnologías duras (microelectrónica, informática, robótica, genética) produjeron el surgimiento 
de nuevas ramas industriales y la transformación de la 
producción, circulación y consumo.
3. La crisis de los Tratados de Bretton Woods, se revolvió con la mundialización de los sistemas fi nancieros, es decir, con la globalización. Después de un lapso de relativa 
estabilidad, presiones contra el dólar estadounidense provocaron su devaluación, lo que obligó al FMI a fi jar nuevos tipos de cambio. La respuesta del gobierno norteamericano fue crear los Derechos Especiales de Giro, cuyo propósito fue sustituir al dólar en sus transacciones internacionales; además, en 1971, Nixon canceló la venta de oro al resto de los países. Con la devaluación del dólar, el sistema de tipos fi jos ajustables fue sustituido por la fl otación generalizada. Esta situación certificó la crisis de los “Tratados de Bretton Woods” que se concretaron en eliminación del patrón oro-dólar; supresión del régimen de paridades fi jas de las monedas; agudos desequilibrios monetarios y fi nancieros; 
devaluación de la mayoría de las monedas
4
.
Las situaciones coyunturales económicamente adversas fueron:
a. El “shock” petrolero. En 1973 su fundó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la que decidió aumentar su precio, el que pasó de menos de tres, a casi cuarenta dólares en 1979.
b. La estanfl ación que signifi có una combinación de estancamiento económico con infl ación en el que coincidieron el creciente desempleo con presiones infl acionarias.
c. La crisis de la deuda, provocada a principios de la década de los ochenta. A fi nes de los setenta, el petróleo y la deuda pública fueron dos factores recurrentes para las economías del mundo. El excedente de recursos provenientes de los países exportadores de petróleo (petrodólares), generó una excesiva liquidez en el sistema fi nanciero internacional, que provocó un elevado endeudamiento público de la mayoría de los países. A principios de los ochenta, por la crisis de 
la deuda que estalló en México, se aplicaron programas de ajuste económico supervisado por el FMI, además de que se restringió el crédito y aumentaron las tasas de interés.
La globalización A la globalización

 se le percibe como la nueva fase histórica del capitalismo: en el ámbito económico se concreta en la 
mundialización de los mercados fi nancieros y en la regionalización; políticamente, se traduce en el debilitamiento del Estado de Bienestar con la privatización y la desregulación; productivamente, se manifi esta con el reemplazo de la rigidez fordista por la producción fl exible; en el campo 
cultural su masifi cación, los intentos de homogeneización mediática y la consolidación de la “aldea global”. Lo más signifi cativo es el debilitamiento continuo de la soberanía de 
los Estados-nación frente a las compañías transnacionales y los organismos internacionales (FMI, BM –Banco Mundial– entidades de la “gobernancia”: gobiernan sin ser gobiernos), 
que diseñan y asignan sus estrategias supranacionales al margen de los gobiernos nacionales.
La globalización se caracteriza por: 1. la desregulación estatal; 2. inéditas tecnologías como la microelectrónica, la biotecnología y los nuevos materiales; 3. la producción 
fl exible; 4. la mundialización de los mercados fi nancieros (capital especulativo); 5. transformación de los organismos internacionales (FMI, BM) quienes, al diseñar políticas restrictivas, debilitan la capacidad soberana de los Estados–nación; 6. el desmantelamiento del Estado de bienestar; 7. la 
hegemonía de las empresas multinacionales; 8. el fi n de la  La globalización es el desarrollo o, más precisamente, la aceleración del desarrollo de la actividad económica que atraviesa las fronteras políticas nacionales y regionales; es un proceso centrífugo, un fenómeno econó-mico impulsado por la difusión de los métodos fl exibles postaylorianos de la actividad económica. De su parte, la regionalización es un proceso centrípeto que implica la unión de dos economías, cuando menos, es decir, el movimiento de dos o más sociedades hacia una mayor integración que puede ser un fenómeno de jure, producto de iniciativas políticas específi cas (acuerdo comercial, TLCAN) o un proceso de facto, creado por las mismas fuerzas micro-económicas que suscitan la globalización. Oman, Charles. 
“Les défi s politiques de la globalisation et de la régionalisation”. Chair de 
politique Ëconomique, núm 11, París, ocde, 1996.

 La globalización se caracteriza no sólo por el libre comercio, sino de modo más específi co, por la libre circulación de capitales; donde los mercados fi nancieros y globales ejercen una tremenda infl uencia 
sobre la situación económica. Además, el capital fi nanciero disfruta de una posición privilegiada y tiene más movilidad que los otros factores de producción, por lo que se acumula cada vez más en las instituciones fi nancieras y en compañías multinacionales que cotizan en la bolsa. Soros, 
George, La crisis del capitalismo global, México, Plaza y Janés, 1999.

 Oman, Charles, Op. cit. Villarreal, René, La globalización y las opciones nacionales, México, 
FCE, 2000.

 Los tratados de Bretton Woods crearon el régimen de tipos de cambio fi jos pero ajustables, bajo cuyos preceptos los países miembros podían solicitar asistencia fi nanciera al Fondo Monetario Internacional (FMI) sin rebasar el importe total de sus cuotas. Además, Estados Unidos impuso el sistema del patrón oro (35 dólares por onza). Feinberg, R., “The changing relationship between the World Bank and the InternationalMonetary Fund” en González Casanova, P., El mundo actual: situación y alternativas, 
Siglo XXI, UNAM, México, 1996.

 Guillén, Arturo, México hacia el Siglo XXI, México, PyV-UAM, 2000.
 Revueltas, Andrea, Las transformaciones del Estado en México, 
México, UAM-X, 1996.20   os de pol tica en M xico
polaridad con el derrumbe del bloque socialista
8
.
La globalización en el ámbito económico remite a cuatro procesos:
a. En la producción y la inversión, a través del establecimiento de la “fábrica o del auto mundial”, que alcanzó ya el 20% del PIB planetario;
b. En el comercio, vía los acuerdos regionales: en Amé-rica del Norte con el TLCAN y la hegemonía de los Estados Unidos, en Europa con la Unión Económica Europea y el predominio de Alemania y en Asía con la Cuenca del Pacífi co y con Japón al frente;
c. En la información y la nueva era del conocimiento, apoyada en la Internet y en el desarrollo de las telecomunicaciones, que potencia la innovación constante y hace más efi caz al mercado;
d. En la dimensión fi nanciera, por la enorme movilidad de los capitales (después del deceso de Bretton Woods) y su aceleración a través del “dinero electrónico caliente” (de corto plazo y volátil) que se acompaña por el “virus especulativo”, cuyas resonancias se encuentran en las crisis de la globalización: “Efecto tequila” (1995), el “efecto dragón” (1997), el “efecto zamba y vodka” (1998) y el “efecto 
tango” (2002)

.
Antecedentes de la política neoliberal en México
La política económica instrumentada en México, a lo largo del siglo XX, se puede compendiar en términos de modelo económico, de la siguiente forma:
1. El modelo agrarioexportador, vigente de la consolidación del capitalismo a mitad del siglo XIX, hasta la gran depresión de los años treinta;
2. El modelo de sustitución de importaciones, que surgió en el periodo de entreguerras, se consolidó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y entró en crisis 
en la década de los setenta
 3. El modelo neoliberal de los 
años ochenta (1982) a los primeros años del Siglo XXI. 
Grosso modo, cada modelo económico se acompañó de una forma particular de Estado: El modelo agrario-exportador se escoltó del Estado “guardián”; el sustitutivo de importaciones, del Estado interventor; el modelo neoliberal, del Estado “mínimo” o neoliberal.En el modelo sustitutivo de importaciones, el Estado
 mexicano cumplió con efi cacia su papel de promotor del 
crecimiento económico y de legitimidad estatal, al fomentar las expectativas de un mejor nivel de vida y bienestar entre la población. Sin embargo, la crisis e inestabilidad internacional de la década de los setentas, repercutió de forma aguda en la esfera económica, con la infl ación, el défi cit fi scal, la devaluación, el “boom petrolero” y la crisis de la deuda; empero, lo más sobresaliente, fue el acelerado 
deterioro del Estado interventor que alcanzó su clímax y quiebra con la nacionalización de la banca de 1982. En los setentas, el rasgo característico fue la intensa intervención del Estado en la economía, bajo la lógica que después se califi caría de “populista”, es decir, ampliar el gasto estatal sin fuentes de fi nanciamiento. Así, por ejemplo, en 1970 el gasto público representó cerca del 22% del PIB, para 1976 
se incrementó al 36% y en 1982 se aproximó al histórico 44% del PIB; mientras que el défi cit fi scal, creció cosa del 6%, al 10% y al 16% como proporción del PIB, en los mismos años; asimismo, el número de empresas paraestatales se incrementó de 322 en 1971, a 845 en 1976 y el máximo registrado de 1,155 en 1982.
Con la nacionalización de la banca (septiembre de 1982) el Estado interventor alcanzó su clímax y, al mismo Guillén, Arturo, Op. cit.

 El primer modelo se apoyó en la exportación minera y agrícola; el segundo, en el desarrollo de la industria y el mercado interno; el tercero, en la liberalización comercial y fi nanciera, en la desregulación estatal y en el mercado mundial. Con el “desarrollo estabilizador” (1955-1970), México tuvo prestigio 
en los círculos fi nancieros, internacionales, por su crecimiento económico continuo y por su solidez monetaria y crediticia. El progreso, la paz social y la estabilidad, eran sus distintivos; el tránsito de una estructura agropecuaria a una urbana e industrial, el aumento de la red de caminos, la ampliación de la producción eléctrica, petrolera y la prestación de servicios públicos, fueron señales del éxito económico del modelo de desarrollo estabilizador. Tello, C., La política económica en México, México, Siglo XXI, 1976.
 En 1976 hubieron severos problemas económicos: desequilibrio en la balanza de pagos; disminución en la producción agrícola y de manufacturas; contracción del gasto público; gigantesca fuga de capitales; campaña de rumores, etcétera. Por ello, el Banco de México acordó devaluar al peso, después de más de 22 años de estabilidad cambiaria. El proceso se conoció como “la crisis de confi anza”: el enfrentamiento entre el gobierno de Echeverría y los sectores empresariales (el grupo Monterrey).
 El petróleo fue principal factor de la recuperación económica pese a que 1977 inició con un registro bajo del PIB (3.4), continuó con un incremento espectacular: en 1978 creció un 8.2%, 1979 al 9.2%, 1980 un 8.3% y en 1981 fue del 7.9%; lo que promedió en los cuatro años un crecimiento sin precedente del 8.45%. Empañado por la drástica caída del PIB en 1982, que registró un índice negativo del -0.2%. Salazar, Francisco. 
Balance global de la política económica en México: 1976-1982. Estudios cuantitativos sobre la historia de México. Méx. IIS-UNAM 1988.

 González, Marco, La política económica neoliberal en México, 1982-
2000, México, Quinto Sol, 2000.
16
 En esencia, el neoliberalismo propone cinco mecanismos para darle la justa importancia al mercado sobre la función estatal:
1. descenso del gasto público; 2. políticas monetarias restrictivas; 3. disminución salarial; 4. desmantelamiento del Estado benefactor, y; 5. privatización de empresas y ámbitos estatales. La crítica neoliberal resalta que las actividades El Cotidiano 126 tiempo, su quiebra, en un contexto de total desprestigio por la corrupción, el nepotismo, el patrimonialismo y por la paulatina crisis de legitimación gubernamental.El Estado neoliberal en México(1982-2000) A partir de 1982 y durante tres administraciones (1982–2000) se aplicó en México el proyecto neoliberal que se tradujo en el abandono del Estado interventor, así como de su responsabilidad social; además, se reemplazó el modelo de industrialización sustitutiva de importaciones (“hacia dentro”) por la liberalización y desregulación industrial, comercial y fi nanciera (hacia fuera); a diferencia de antaño, se dio prioridad al capital fi nanciero o inversión de cartera por el capital productivo; de la aspirada soberanía en el diseño de la política económica, se aceptaron las directrices del FMI y del BM. En la esfera social, la exclusión, 
la marginación, la “pobreza extrema”, fueron las palabras clave; en el ámbito político, se produjo la división de la elite priísta y el dominio de la tecnocracia neoliberal sobre el estructuralismo Keynesiano; el achicamiento del aparato estatal (privatizaciones) y la disminución del gasto público, afectaron al corporativismo y al control clientelar.

El primer gobierno neoliberal.
Miguel de la Madrid

El primero de diciembre de 1982 asumió la presidencia de la República Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988),en un severo contexto de crisis económica;además de buscar resolver problemas coyunturales como la nacionalización de la Banca, que realizó su antecesor, tuvo que soportar la crisis estructural de la economía mexicana, concretada en: crisis agrícola, desarticulación industrial, défi cit de la balanza de pagos, défi cit fi scal, desigual distribución del ingreso, etcétera; y también, tuvo que hacer frente a la recesión económica de 1982 (con una disminución del PIB del -0.2%), excesivo índice inflacionario (del 100%), incremento de precios y tarifas del sector publico, elevado défi cit de la balanza comercial no petrolera y una creciente deuda pública.
Este escenario se agravó por las adversas condiciones internacionales, como el alza en las tasas de interés (ante una deuda total de 80,000 millones de dólares), reducción de nuevos créditos de las instituciones fi nancieras internacionales, la caída de los precios mundiales del petróleo (y México con una estructura mono-exportadora), la política proteccionista diseñada por los países centrales (y México tan cercano de Estados Unidos).Ante esta situación el gobierno elaboró su estrategia 
para enfrentar la crisis económica (“no permitiré que la patria se nos deshaga entre las manos”), que se plasmó en un programa de diez puntos para el corto plazo conocido como Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE),complementado con la estrategia a mediano y largo plazo plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 (PND) que buscó mediante la política del cambio estructural, que el crecimiento económico a mediano plazo, no generara ni agudizara los desequilibrios que condujeron a la crisis de 1982.

La aplicación del  PIRE, se transmutó en una fugaz disminución del défi cit público, pero provocó una intensa estatales son fundamentalmente improductivas, que afectan negativamente a la producción de riquezas y propician el creciente déficitfiscal;el gobierno es directamente responsable de la infl ación por no controlar la impresión del dinero y por no limitar su endeudamiento. Hayeck, F., Camino de servidumbre, Madrid, Alianza, 1995.
17
 El neoliberalismo en México, se acompañó de una condición central: no afectar o trastocar la estructura política priísta; tuvo un límite absoluto, no tocar las fuentes de poder y control. La reforma económica se orientó por un criterio: cambiar lo necesario para no tocar lo esencial. Rubio, Luis, “El desafío chino” en Nexos, México, noviembre, 2003.
18
 El gobierno ubicó como factores internos de la crisis: a) el incremento del gasto público y del privado, incidieron en las presiones infl acionarias, en el desequilibrio externo y en el défi cit fi scal; b) por tener una infl ación interna mayor que la exterior, se fortaleció el proceso de sobre-valuación del peso respecto al dólar, con lo que se incrementó el desequilibrio externo y el proceso hiperinfl acionario. Como factores externos halló: a) la baja de lo precios internacionales del petróleo, disminuyó los 
ingresos por exportaciones, con efectos negativos para la economía; b) el incremento de las tasas de interés, agudizó el problema de la enorme deuda externa; c) el mercado fi nanciero internacional se contrajo, con efectos “perversos” para la contratación de nueva deuda. Salazar, Francisco, “Balance global de la política económica en México: 1976-1982” en Estudios cuantitativos sobre la historia de México. 
México, IIS-UNAM, 1988.
20
 De la Madrid, Miguel, Las razones y las obras, Gobierno de MMH, 
FCE, Presidencia de la República, México, 1986.
21
 El gobierno de Miguel de la Madrid acató el Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE), elaborado por el FMI, que le permitió a México tanto la posibilidad de renegociar su enorme deuda externa, como ser sujeto de crédito internacional al contar con el respaldo de dicha institución. Algunos de los principales objetivos del PIRE fueron: 1. una drástica reducción del défi cit presupuestal del 16.5% al 8.5% en relación con el PIB a través de una adecuada política de gastos e ingresos consistente en: 
a) modifi cación de la política de precios y tarifas del sector público, para acrecentar los ingresos mediante la ampliación del precio de sus bienes y servicios;
b) aumento de los impuestos indirectos, y
c) reducción del gasto público real; 2. Disminuir el défi cit externo mediante una política cambiaria 
que, sustentada en las maxi-devaluaciones, en los tipos de cambio nominal y real, y de las mini-devaluaciones del tipo de cambio nominal libre, buscó 20   os de pol tica en Mexico contracción en varias actividades productivas, lo que agudizó la recesión económica, así como el número de 
desempleados. El superávit registrado en la balanza comercial, se debió más a la disminución de importaciones que al aumento de las exportaciones, particularmente las no petroleras, es decir, el superávit fue producto de la contracción y no de un mayor dinamismo en las exportaciones. El problema de la deuda externa se transformó en uno de los mayores obstáculos para el crecimiento 
económico en el sexenio. La aplicación de topes salariales al extenderse indefi nidamente, afectó a los sectores más desprotegidos
22
.
En 1986, y ante una impresionante caída del precio 
internacional del petróleo, el gobierno dejó de percibir 
más de 8,000 millones de dólares, lo que repercutió en la 
estructura económica nacional: se incrementó el défi cit 
público y la deuda pública interna; aumentó el circulante como mecanismo infl acionario de fi nanciamiento; la 
infl ación alcanzó los tres dígitos (105%); se contrajo la 
actividad económica (el PIB cayó a -4%); se redujo el gasto 
público pero no el servicio de la deuda; el gobierno exigió 
mayor responsabilidad a los acreedores internacionales; 
se propuso y discutió el “plan azteca”, etcétera. De igual 
forma, el gobierno mexicano decidió incorporarse al GATT
que representó el parteaguas en la liberalización comercial 
y luego fi nanciera.
En junio de ese año, renunció Jesús Silva Herzog a la 
Secretaria de Hacienda que fue reemplazado por Gustavo 
Petriccioli, quien a los pocos días anunció, en compañía del 
Secretario de la SPP, Carlos Salinas de Gortari, el Programa 
de Aliento y Crecimiento (PAC) que propuso la revitalización 
de la economía y la obtención de “dinero fresco” para reactivar el crecimiento y controlar la infl ación. Con la fi rma del 
nuevo acuerdo con el FMI (23 de julio) y bajo la óptica de 
“crecer para pagar”, México obtuvo después de diez meses 
de abstinencia obligada, un nuevo crédito de mas 7,000 millones de dólares, que en palabras del gobierno, posibilitarían 
la correcta aplicación del PAC. De nueva cuenta fracasaron 
los intentos del gobierno para reordenar la economía. Los 
resultados del PAC fueron en extremo dramáticos: en 1987, 
se produjo una caída del PIB al registrar un índice negativo 
del -3.4%, mientras que la infl ación superó la barrera de 
tres dígitos (167%).
En 1987 ocurrió el desplome de la Bolsa Mexicana 
de Valores (BMV). La explicación fue sencilla: en 1983 inició 
el auge bursátil fomentado por dos aspectos adjuntos: el 
primero, fue que la Bolsa de Valores crecía mientras que 
la producción económica se hundía; el segundo, consignó 
al categórico apoyo gubernamental a la BMV. El primero se 
tradujo en la especulación creciente, el segundo, sancionó 
la necesidad del gobierno por recuperar la confi anza empresarial deteriorada por la nacionalización de la banca
23
.
El crac bursátil se acompañó con la fuga de capitales, 
la espiral infl acionaria y la caída de la actividad económica. 
Ante situación tan crítica, el gobierno respondió con uno 
de los programas que rompería la ortodoxia de la política 
económica de corte neoliberal aplicada hasta entonces. 
Nos referimos al Pacto de Solidaridad Económica (PASE), 
fi rmado en diciembre de 1987 y cuyo principal objetivo fue 
disminuir la espiral infl acionaria a través de los acuerdos 
entre gobierno, empresarios y sectores asalariados: el 
primero como árbitro; los segundos, comprometidos a no 
aumentar artifi cialmente los precios; los terceros, obligados 
a no demandar cualquier aumento salarial por arriba de lo 
pactado. Para frenar la infl ación, se establecieron mecanismos de seguimiento de los aumentos de los precios de los 
mantener subvaluado al peso respecto al dólar para mejorar la balanza 
comercial y atraer los capitales fugado, así como el establecimiento de un 
tope al crecimiento neto de la deuda pública, limitándolo a 5,000 millones 
de dólares en 1983; 3. Desacelerar la tasa de infl ación, a través de una 
férrea política salarial (un tope salarial del 25% en 1983 frente a una infl ación registrada del 100%) y de una disminución de la demanda interna, que 
permitiría disminuir el índice infl acionario de 100% en 1982, 55% en 1983, 
30% en 1984 y 18% en 1985. De la Madrid, ibid, 1986.
22
 El PIRE fracasó al buscar disminuir el índice infl acionario que registró 
100% en 1982, 80% en 1983, 60% en 1984, 80% en 1985, 105% en 1986 
y un elevado 167% en 1987; además, no logró subsanar el crónico défi cit 
público que en 1986, alcanzó de nueva cuenta un porcentaje del 16.8% del 
PIB. Su único logro “positivo” fue el superávit en la balanza de pagos, debido 
a la drástica reducción de importaciones. De allí que para nadie fue una 
sorpresa la “muerte” del PIRE, muerte silenciosa y sin comentarios ofi ciales: 
la necropsia no es del agrado ofi cial. Salazar, F., Modernización económica 
y transición democrática en México, UAM-A, México, 1994.
23
 El 4 de octubre de 1987 el partido ofi cial postuló a Carlos Salinas 
como su candidato a la presidencia. Al día siguiente, las autoridades 
decidieron cerrar el mercado de valores; el capital fi nanciero respondió 
propiciando una baja en el mercado bursátil (toma de utilidades), la que, 
al combinarse con el desplome del mercado neoyorquino de Wall Street 
(15 de octubre) adquirió una dinámica propia que provocó una inesperada 
caída de las cotizaciones bursátiles. Salazar, F., Op. cit.
24
 La cronología de los PACTOS para contener la infl ación fue: 1987, 
PASE; 1988, PECE; 1992, PECE(Pacto para la Estabilidad, la Competitividad y 
el Empleo); 1994, AUSEE (Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia 
Económica); 1995,  PARAUSEE; 1996, APC (Alianza para el Crecimiento); 
2001, ya en el gobierno de Fox, CDSP (Consejo para el Diálogo con los 
Sectores Productivos.
25
 Rivera, Miguel, México, modernización capitalista y crisis, México, 
UNAM-CRIM, 1997.
26
 Con De la Madrid, la decisión de pagar a toda costa el servicio de la 
deuda, se tradujo en graves problemas a saber: 1) contracción, acompaña-El
 Cotidiano 126
productos de consumo suntuario y de los salarios.
La fi rma del PASE en 1987 que con Salinas de Gortari 
se convirtió en PECE (Pacto de Estabilidad Y Crecimiento 
Económico) y con Ernesto Zedillo en PARAUSE (Programa de 
Acción para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar 
la emergencia Económica, en marzo de 1995) constituyó 
un momento importante en el desarrollo de la política 
económica mexicana. A partir de entonces, los indicadores, hasta ese momento negativos, comenzaron a revertir 
su tendencia
24
.
El segundo gobierno neoliberal.
Carlos Salinas de Gortari
La recuperación económica se confi rmó elocuentemente 
en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) 
en tres aspectos: la contención de la infl ación, el crecimiento de la producción y la renegociación de la deuda 
externa. Con el PECE, la infl ación redujo considerablemente 
sus índices de crecimiento. Así, mientras que en 1987 
la infl ación fue de 167%, para 1988 bajó al 80%, en 1989 
disminuyó a 60%, 1990 a 40%, 1991 a 20% y 1992 a 14%, 
en 1993 y 1994 fue de un dígito (8% y 7.1%). De forma 
paralela, se registró un aumento en la actividad económica 
y se concretó en los índices del PIB de la siguiente forma: 
1988=1.4%, 1989=2.9%, 1990=3.9%, 1991=3.5%, 1992=2.6%, 
1993=0.4%, 1994=2.4%25
.
Ante el sombrío panorama de la década de los ochenta, 
la renegociación de la deuda constituyó un éxito rotundo 
para el gobierno de Salinas. Para su antecesor, el problema 
de la deuda fue uno de los principales factores de inestabilidad económica, pues su renegociación fue un dilema de 
difícil solución
26
. Esto fue así, porque, mientras en la década 
de los sesenta y los setenta el endeudamiento externo 
permitió el crecimiento del país, en los ochenta, dejamos 
de crecer con tal de pagar la deuda
27
.
Sin embargo, en la segunda mitad de los ochenta, el 
problema de la deuda dejó de ser exclusivo de los países 
deudores, al transformarse en un asunto de los acreedores. En concreto, en Estados Unidos se perfi laban tres 
corrientes en torno al problema de la deuda: 1) un grupo 
de banqueros que no deseaban cambio ni de fondo ni de 
forma; 2) la encabezada por Baker que apoyaba nuevos 
créditos para México en alianza tácita con el FMI y con el 
Banco Mundial; 3) la conformada en torno al Plan Brady, 
según la cual era necesario afl ojar las condiciones de pago 
para permitir el crecimiento de América Latina y con ello 
ampliar el comercio de Estados Unidos
28
.
En este contexto, Carlos Salinas logró renegociar la 
deuda externa, bajo los auspicios del Plan Brady sustentada en los siguientes términos: el 47% de la base elegible 
se reestructuró a una tasa anual fi ja del 6.25%, el 41% de 
la base implicó una cancelación del 35% del capital; y el 
12% signifi có dinero fresco. “Durante toda la década de 
los ochenta, México cumplió cabalmente con el pago de 
intereses de la deuda externa. La reducción negociada 
implicó un doble benefi cio: directamente, a través de una 
reducción de transferencias de recursos al exterior y, en 
forma indirecta, al inducir una mayor confi anza entre las 
inversiones nacionales y extranjeras. Estos efectos indirectos conllevaron un abatimiento de las tasas internas de 
interés, un ahorro signifi cativo en el servicio de la deuda 
externa y un incremento notable de los fl ujos de inversión 
extranjera; sin lugar a dudas, la magnitud de los efectos 
acumulados de estos últimos superó con mucho al de los 
efectos directos”
29
.
Por otro lado, uno de los aspectos más relevantes de 
da por la “jibarización” (achicamiento) de la economía; 2) aumento 
del défi cit público al destinar mas del 50% del gasto al pago de la deuda; 
3) descapitalización de la economía mexicana, así por ejemplo, en tan 
solo tres años (1983-1986) el servicio de la deuda fue superior a los 
26,000 millones de dólares de los cuales 18,517 se destinaron al pago de 
intereses y 7,841 millones dólares a las amortizaciones de capital, y pese 
a no recibir recursos crediticios, en esos 26 meses la deuda externa se 
incrementó en 5,600 millones de dólares. No nos prestaban, si pagamos 
y nuestra deuda era mayor día con día Salazar, F., Op. cit..
27
 Estados Unidos aplicó a partir de 1979 la política del “dólar 
fuerte” para fortalecer dicha moneda a través del aumento de la tasa 
de interés, lo que se tradujo en un incremento del costo de la deuda y 
las presiones sobre el sector externo. En respuesta, México fue obligado 
a instrumentar políticas contraccionistas y devaluatorias –entre 1982 
y 1987– para generar superávit de comercio exterior y hacer frente al 
servicio de la deuda, en benefi cio de la banca estadounidense Huerta, 
Antonio, La globalización: causa de la crisis asiática y mexicana, Diana, 
México, 1988.
28
 Basáñez, Miguel, El pulso de los sexenios, Siglo XXI, México, 1990.
29
 Córdoba, J., “Diez lecciones de la reforma económica mexicana” en 
Nexos, núm. 158, febrero. México, 31-48.
30
 Dentro de ella, la minería cayo -5.1%, las manufacturas -4.7% 
(bienes de consumo -2.9%, bienes duraderos -11.4%, no duraderos 
-1.2%). Los bienes intermedios cayeron en -4.9%, en tanto que la producción de bienes de capital, tuvo la caída más aguda del sector industrial con 
un -13.1%. Esta caída de la actividad industrial, incluso mayor a la baja de 
la actividad económica en su conjunto (PIB -4%), marcó a 1986 como uno 
de los peores años en la actividad industrial.
31
 En los gobiernos de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo, se privilegió 
la especulación y el consumo sobre el ahorro, lo que se tradujo en una 
“fractura del aparato productivo”: 1. rezago del agro y la minería; 2. en las 
manufacturas las grandes empresas integradas ganaron, acompañada por 20   os de pol tica en M xico
la política de modernización económica iniciada con MMH, 
continuada por Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo fue, sin 
lugar a dudas la modifi cación del modelo de industrialización 
sustentado en el proceso sustitutivo de importaciones y 
en la política proteccionista que México adoptó desde la 
década de los cuarenta; tal prototipo fue cuestionado a la 
luz de la crisis económica y se decidió reemplazarlo por 
otro modelo que, con la debida cautela, podría denominarse 
“modelo exportador o maquilador”.
Cuando el gobierno mexicano decidió ingresar al 
Acuerdo General sobre Aranceles Y Comercio (GATT) en 
1986, los indicadores económicos mostraban el cambio 
del modelo de industrialización, al registrar índices negativos la producción de bienes intermedios y de bienes de 
capital
30
, que probaban como la manufactura de cuatro 
décadas se estaba desvaneciendo. En contraste, la industria 
maquiladora se consolidó por la decisión de orientar las 
actividades industriales a la exportación. El crecimiento de 
las maquiladoras fue exponencial al establecerse una planta 
cada tres días. Este proceso se consolidó frente el gradual 
debilitamiento del mercado interno y por la permanente 
subvaluación del peso, para sostener los niveles de competitividad en el mercado internacional.
El entorno esclareció el apremio del gobierno de Salinas 
por concretar el Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1993, 
donde México, aprovechando su ubicación geográfi ca y su 
numerosa, disciplinada y barata fuerza de trabajo, estuvo en 
condiciones de convertirse en un país exportador. También 
explicó el Tratado de Libre Comercio que estableció el gobierno de Zedillo con la Unión Europea en el año 2000
31
. E 
incluso el Proyecto Puebla-Panamá, impulsado por Vicente 
Fox, cuyo propósito es “bajar” la actividad maquiladora al 
Sudeste mexicano.
En el gobierno de Carlos Salinas, se consolidó la reforma 
del Estado con la venta de grandes empresas paraestatales, 
el saneamiento de las fi nanzas públicas (al pasar del défi cit 
al superávit fi scal), el control de la infl ación, así como las 
modifi caciones constitucionales de los artículos 3, 27 y 130. 
Las reformas constitucionales dejaron de lado las principales 
fuentes de la legitimidad estatal nutridas en el nacionalismo 
revolucionario. Para subsanar y apuntalar al nuevo proyecto, Salinas presentó en marzo de 1992 en la Asamblea 
Extraordinaria del PRI al “Liberalismo Social” como cobijo 
y sustento ideológico de la reforma del Estado
32
.
La exitosa política económica que instrumentó el 
gobierno de Salinas, el control de la infl ación, la renegociación de la deuda externa, y la fi rma del TLC, presuponían 
su salida triunfal. Sin embargo, a partir de 1994 los acontecimientos políticos y económicos irrumpieron para poner 
en sus justas dimensiones los saldos del período. La revuelta 
armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), 
el asesinato de Luis Donaldo Colosio (candidato del PRI 
a la presidencia de la República), la ejecución de Francisco 
Ruiz Massieu (Coordinador de los diputados del PRI), fueron 
antecedentes políticos de la más profunda y grave crisis 
económica por la que ha atravesado el país: me refi ero a 
“el error de diciembre” de 1994.
Con el levantamiento armado del EZLN, el 1º de enero 
de 1994, se resquebrajó fulminantemente la máscara de 
México como un país de primer mundo; en el transcurso de 
1994 los indicadores económicos y políticos evidenciaban 
señales de alarma. El factor indígena provocó una fuga de 
capitales menor; sin embargo, con el asesinato de Colosio 
se fugaron cerca de ocho mil millones de dólares, que demostró la vulnerabilidad del tipo de cambio y se acompañó 
con un aumento en el défi cit de la balanza de pagos –8% del 
PIB– y por una desordenada proliferación (casi el 100%) de 
los Certifi cados de la Tesorería (CETES), más la colocación 
masiva de Tesobonos (indexados al valor del dólar), para 
evitar la fuga de capitales de la Bolsa de Valores. Frente a 
la amenaza de una próxima devaluación, la relación entre 
CETES y Tesobonos se invirtió: a fines de 1993 había 24.3 
la quiebra de la pequeña y mediana empresa (500 empresas altamente 
exportadoras generan el 80% total de la industria manufacturera). Se 
rompieron cadenas productivas. Se desmanteló la política proteccionista 
para brindar apoyos selectivos a ciertas empresas, Rivera, Miguel, México, 
modernización capitalista y crisis. México, Op. cit. La apertura fi nanciera no 
se acompañó de los contrapesos regulatorios básicos, lo que se convirtió 
en una hiperactividad especulativa.
32
 La reforma al 27 constitucional signifi có: el fi n del reparto agrario, 
la apertura del campo a las sociedades mercantiles, libertad de asociación 
de los ejidatarios y la creación de los tribunales agrarios. Las reformas al 
artículo3o. y 130 derogan el coto a corporaciones religiosas para impartir 
educación, el reconocimiento a las órdenes monásticas, libertad para que 
sean propietarias, el derecho al voto de los ministros, y la reafi rmación 
de la separación entre la Iglesia y el Estado. Bolívar, A., “Las reformas 
constitucionales” en El Cotidiano, núm. 50, sep-oct, México, 33-43.
33
 Rivera, Miguel, Op. cit.
34
 Para Salinas, el “error de diciembre” se debió a problemas políticos (EZLN, Colosio) que disminuyeron las reservas internacionales, al error 
en la instrumentación de la devaluación que debilito la confi anza de los 
inversionistas y a la “criminal” información enviada a los empresarios de 
la escasa cantidad de divisas que aceleró la fuga de capitales. Para Zedillo, 
el “error” fue provocado por la decisión de Salinas de no devaluar el peso 
(pese a que estaba sobrevaluado) y por la acumulación de desequilibrios 
en el sector externo. Guillén, Arturo, Op. cit.
35
 Riding, Alan, ¿Cambiará México ahora?, Joaquín Mortiz, México, 
2000.
36
 El rescate fi nanciero del gobierno mexicano, fue instrumentado 
por Clinton y ascendió a 51,637 millones de dólares (de los cuales sólo El
 Cotidiano 126
mil millones de dólares de CETES por 1.3 mil de Tesobonos; 
para fi nes de 1994 la composición era de 2.5 mil millones 
contra 26 mil respectivamente
33
.
El tercer gobierno neoliberal.
Ernesto Zedillo Ponce de León
A partir de octubre de 1994, se produjo el derrumbe de 
las reservas internacionales, pero Salinas decidió postergar la devaluación del peso, lo que implicaba que el ajuste 
tendría un costo mayor. En este contexto y ya con Ernesto 
Zedillo Ponce de León (1994-2000) instalado en la Presidencia de la República, se produjo el “error de diciembre”,
cuando José Serra Puche, Secretario de Hacienda, decidió 
cambiar la resolución del Director del Banco de México, 
Miguel Mancera Aguayo (quien proponía la libre fl otación) 
y estableció una ligera ampliación de la banda de fl otación 
(del 15%); sin embargo, se hizo del conocimiento de los 
empresarios miembros del Comité de Seguimiento del Pacto, 
la difícil situación de las reservas internacionales. Filtrada 
la información, hubo compras masivas y especulativas de 
dólares. La devaluación no fue provocada por la fuga de 
capitales sino a la inversa. Entre el 20 y el 21 de diciembre 
las reservas se redujeron en casi 5 mil millones de dólares; 
lo que forzó a decretar la libre fl otación34.
La devaluación de diciembre suscitó pánico en los 
mercados cambiarios y fi nancieros por el colapso de las 
reservas acumuladas de la deuda pública a corto plazo 
(Tesobonos indexados en dólares) y por la incapacidad de 
Clinton de apoyar a México con 6 mil millones de dólares (El 
Congreso se opuso). El resultado, en el ámbito internacional 
se conoció como el “efecto tequila” que se concretó en 
una situación de emergencia fi nanciera y en la caída de 
las bolsas de valores en América Latina. La primer crisis 
de la globalización hizo acto de presencia.
La consecuencia inmediata fue una feroz recesión: el 
mercado de valores perdió 40% de su valor sólo en el mes 
de enero de 1995, la tasa de interés subió a más del 
60%, aumentaron el desempleo y el subempleo, cientos 
de pequeñas empresas cerraron y el sector bancario en 
su totalidad fue técnicamente declarado en bancarrota, 
cuyo costo se calculaba ya, superior a los 80 mil millones 
de dólares
35
.
En febrero de 1995 se instrumentó el rescate fi nanciero 
por 50 mil millones de dólares
36
, que se tradujo en un alto 
costo económico para México, en restricciones crediticias 
impuestas por el FMI y limitación a la expansión del crédito 
interno, que paralizó la economía nacional, con sus consecuentes implicaciones económicas (crisis productiva), 
sociales (pobreza, desempleo) y políticas (aumento del voto 
antipriísta). Así por ejemplo, el gobierno de Zedillo aplicó 
un programa de ajuste ortodoxo caracterizado por una 
política monetaria y fi scal fuertemente restrictiva (tasas 
de interés real muy altas).
En el primer trimestre de 1995, irrumpió la recesión 
económica más grave y profunda de México, pues el PIB
cayó durante el año a un -6.9% y el consumo global bajó en 
un -11.7%; para marzo de 1995, el peso había alcanzado una 
devaluación del 94.6% respecto al dólar; la crisis bancaria, 
desencadenó tendencias defl acionarias (baja en producción, inversión y empleo), asociadas con altos niveles de 
sobreendeudamiento público y privado; el crecimiento sin 
precedentes de la cartera vencida, produjo en la practica la 
paralización del crédito bancario y aunado al desplome de 
las utilidades de los intermediarios fi nancieros, provocó que 
el fi nanciamiento total de los sectores público y privado, se 
redujera en un -23.6%; para mantener las fi nanzas públicas 
equilibradas, se amplió la tasa del IVA del 10 al 15%; en términos de política cambiaria se estableció el régimen cambiario 
de libre fl otación de la moneda, donde el precio del peso 
fue determinado por las condiciones del mercado
37
.
En el ámbito fi nanciero nacional, el “error de diciembre” provocó la crisis de la banca por: 1. la multiplicación 
de la cartera vencida (del 15% al 44% en 1995); 2. el incremento del servicio de la deuda externa de los bancos, por 
la devaluación; 3. el aumento de la perdida cambiaria por 
suponer erróneamente una reevaluación del peso
38
. Ernesto 
se dispuso de 26,523 millones de dólares), provenientes del gobierno de 
Estados Unidos, del FMI, del Banco Mundial y de otras fuentes, cuyo objetivo 
fue asegurar la redención en dólares de los vencimientos de los Tesobonos, 
pues una alta proporción de ellos estaba en manos de fondos de inversión 
estadounidense, en concreto en el Foro Weston. Rivera, Miguel, Op. cit.
37
 Guillén, Arturo, Op. cit.
38
 La cotización del peso fue: 1976=26 pesos por dólar, 1982=100 
pesos, 1988=2,289, 1994=3 pesos (por le eliminación de tres ceros que 
estableció Salinas), 1997=7 pesos (por el “error de diciembre”), 2000=9.50 
pesos por dólar. Revueltas, Andrea, Op. cit.
39
 Otros mecanismos utilizados para el rescate bancario fueron: la 
reestructuración de créditos bancarios en Unidades de Inversión (UDIS) y 
el Acuerdo de Apoyo Inmediato a Deudores de la Banca (ADE); la creciente 
participación de bancos extranjeros en el país y el intenso proceso de 
fusión entre los bancos sobrevivientes.
40
 El  PIB creció de la siguiente manera: 1995=-6.9%, 1996=5,1%, 
1997=6.8%, 1998=4.8%,1999=3.7% y 2000=6.9% González, Marco. Op. 
cit.
41
 Esta reforma fue fundamental en la creación del Estado neoliberal; 
hasta antes de que se aprobara, la Constitución de 1917 sancionaba la 
primacía de la propiedad pública sobre la social y la privada. Con la refor-20   os de pol tica en M xico
Zedillo optó por rescatar a los bancos (en lugar de permitir 
su quiebra) preservando el derecho de los accionistas; su 
dispositivo fue el Fondo Bancario de Protección al Ahorro 
(Fobaproa)
39
, cuyo objetivo se orientó a resolver los problemas de insolvencia, absorbiendo la cartera vencida: El Banco 
de México compraba la cartera vencida y la franqueaba 
como un bono especial que generaba rendimientos. Con 
la aprobación del Fobaproa –hoy Instituto de Protección 
al Ahorro Bancario (IPAB)– en la Cámara de Diputados 
(por la bancada priísta y panista) en diciembre de 1998 se 
endeudó a la sociedad mexicana por un monto embarazoso que fl uctúa entre los 65 mil y los 100 mil millones de 
dólares. La paradoja es que se rescató bancos en quiebra 
con banqueros en la abundancia. Por salvar a un pequeño 
grupo de banqueros, se endeudó a tres generaciones de 
mexicanos. Además, el costo del rescate bancario ha sido 
muy alto y distribuido de manera desigual, pues depende 
de manera excesiva de los fondos estatales (es decir, de la 
sociedad) frente a un mínimo sacrifi co de los banqueros; 
igualmente, se antepuso el rescate de los banqueros por 
sobre los deudores de la banca.
Al llamado “Efecto tequila” se le consideró como la 
primer crisis de las economías globalizadas pues sus repercusiones impactaron a varios países latinoamericanos. A 
México le costó más de 70 mil millones de dólares, una disminución económica cercana al -7%, desempleo galopante, 
quiebra de pequeñas y medianas empresas, violencia social, 
aparición de los deudores de la banca (los “barzonistas”), 
proliferación de la economía informal, etcétera. Empero, 
después de 1996 inició la recuperación económica, que para 
el año 2000 registró en crecimiento del 6.9% del PIB y con 
una infl ación de un dígito (7%)
40
. Dicho proceso se explicó 
por el inesperado crecimiento económico de Estados 
Unidos que prevaleció en el periodo 1992-2000.
La estrategia neoliberal en México
La mayor parte de las críticas vertidas en el ámbito mun-
46
 Huerta, Antonio, Op. cit.
47
 Calva, J., “Alternativas para la economía mexicana después del 
colapso fi nanciero de 1994-1995” en V.A. México: Pasado, presente 
y futuro. Siglo XXI-IIE-UNAM, México, 1996.
ma de 1983, se consideraron como iguales a los sectores público, social 
y privado; se replanteó la Constitución para equilibrar la relación entre 
Estado y sociedad civil, para aumentar el peso de la iniciativa privada a 
costa de la disminución del poder público. Bolívar, A. Op. cit.
42
 Revueltas, Andrea, Op. cit.
43
 Córdoba, J., Op. cit.
44
 En marzo del 2001 se hizo pública la incorporación de Zedillo a la 
empresa Union Pacifi c Corp., que adquirió el 26% de Ferrocarril Mexicano 
bajo su gobierno: ¿meta-corrupción? o ¿destrezas tecnocráticas?.
45
 Concheiro, Elvira, El gran acuerdo. Gobierno y empresarios en la 
modernización salinista, UNAM–ERA, México, 1996.
dial contra el Estado de bienestar se manifestaron de forma 
elocuente en contra del Estado mexicano, sobre todo, a raíz 
de la nacionalización de la banca en 1982 que representó el 
clímax de la intervención estatal, pero también su punto de 
ruptura. Con el gobierno de Miguel de la Madrid principió la 
radical reorientación de la política económica, para perfi lar 
un nuevo tipo de Estado conocido como neoliberal; cuando 
asumió en 1982 la presidencia de la República, de inmediato 
inició con el desmantelamiento del Estado interventor, 
cuando reformó el Artículo 25 constitucional, a través 
del cual, estableció los lineamientos de la concurrencia en 
igualdad de circunstancias de los sectores público, privado 
y social41. Se reformó la Constitución para posibilitar la 
reforma del Estado.
A partir de entonces los gobiernos de Miguel de la 
Madrid, de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo, ejecutaron 
un conjunto de acciones con el objetivo de consolidar al 
Estado “mínimo”, cuyas estrategias tuvieron un carácter 
global: reducción de la deuda externa, liberalización de 
la economía, rigurosa política presupuestaria y monetaria, 
reformas estructurales, política fi scal restrictiva, desreglamentación interna y externa, privatización del sector pú-
blico
42
. A continuación señalo sucintamente la ejecución del 
neoliberalismo a “la mexicana” cuyos principales aspectos 
se estructuraron por dos estrategias complementarias:
I. Superar los desequilibrios macroeconómicos (en 
tres rubros):
1. Revertir el crónico défi cit público que disminuyó del 
12.5% en 1988 al superávit del 0,4% en 1992. Para lograrlo 
se aplicó una férrea disciplina fi scal mediante recortes al 
presupuesto; aumentaron los precios de los productos y 
bienes de las empresas estatales; se amplió la base gravable; y 
se instrumentó una política de fi scalización para el adecuado 
cumplimiento de la política fi scal; restricción del gasto público, en particular el destinado al gasto social; disminución de 
subsidios y la venta de empresas estatales, permitieron pasar 
del défi cit al superávit fi scal (en 1992). Vale la pena mencionar que mientras con MMH fue manifi esta la disminución del 
gasto social, con Salinas existieron algunas rectifi caciones 
plasmadas en el Pronasol, con Zedillo la situación se tornó El
 Cotidiano 126
catastrófi ca debido al error de diciembre de 1994, aunque 
después estableció el Procampo.
2. Controlar la infl ación. Su principal instrumento 
fue el control salarial, es decir, la aplicación de topes a las 
retribuciones obreras para disminuir su capacidad real 
de consumo. En diciembre de 1987 se fi rmó el Pacto de 
Solidaridad Económica (PASE) mediante el cual el sector 
público disminuyó subsidios, el sector privado absorbió 
parte del aumento de los costos mediante la reducción de 
sus márgenes de utilidades y el movimiento obrero acató 
los topes salariales.
3. Renegociación de la deuda externa. En 1989 el gobierno de Salinas logró renegociar la deuda bajo los auspicios 
del Plan Brady, lo que se tradujo en un doble benefi cio: 
la reducción de transferencias de recursos al exterior y 
la mayor confi anza entre los inversionistas nacionales y 
extranjeros, se concretó en un aumento de la inversión 
foránea así como en el abatimiento de las tasas internas 
de interés
43
.
II. Iniciar las reformas estructurales (con tres dispositivos):
4. Liberalización comercial y fi nanciera. La apertura 
comercial se aceleró con el ingreso de México al Acuerdo 
General sobre Aranceles y Comercio (GATT) en 1986. Así, 
en menos de seis años México pasó de tener una de las 
economías más protegidas del mundo, a una de las más 
abiertas; en 1982 el 100% de las exportaciones estaba sujeta 
a permiso con un arancel del 50%, para 1990, sólo el 3% 
de las importaciones requería permiso con un arancel del 
10%. La fi rma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1993 
y del Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea del 
2000 afi anzó dicha tendencia. De igual forma, el crecimiento 
exponencial de las exportaciones no petroleras, fue un dato 
notable de la liberalización.
La apertura fi nanciera se concreto en: la Banca estableció sus tasas de interés, regidas bajo la lógica del mercado; 
se anuló el “encaje legal”; la desregulación de las compañías 
aseguradoras; la privatización del sistema bancario; y la apertura del sector bancario a la inversión extranjera directa.
5. Acelerar la venta de empresas paraestatales. Para 
aumentar la efi cacia económica y para fortalecer las fi nanzas públicas, por los recursos provenientes de su venta o 
por la eliminación de los subsidios. Mientras que en 1982 
existían 1,155 empresas estatales, en 1988 quedaban sólo 
618, en 1990 se habían privatizado o liquidado 891 empresas 
y para 1994 existían únicamente 210 (González, 2000). Lo 
relevante es que mientras De la Madrid privatizó pequeñas 
y medianas empresas, en el gobierno de Salinas se liberalizaron las empresas más grandes como Mexicana de Aviación, 
Teléfonos de México (Telmex) y la Banca Comercial. Zedillo 
fracasó en su intento de vender la petroquímica secundaria, 
sin embargo, logró modifi car la Ley del IMSS para privatizar 
el sistema de pensiones (con la creación de las Administradoras de Fondos de Retiros –Afores–) y desestatifi có 
los ferrocarriles
44
, aeropuertos y la comunicación satelital. 
La esencia de la “reforma del Estado” fue que “privatizar 
era modernizar”; sustentada en tres ejes; la consolidación 
oligopólica de los servicios fi nancieros, la defi nición de 
las formas de propiedad en el campo y las reformas que 
posibilitan a la empresa privada una injerencia defi nitoria 
en los servicios de salud y educación nacional. Con la venta 
de paraestatales se produjo una transferencia de poder: al 
reducirse sustancialmente el papel del Estado se reforzaron a las corporaciones industriales y fi nancieras y se les 
abrieron las puertas del poder político
45
.
6. Eliminar la regulación estatal. En la medida en que el 
Estado dejaba de intervenir masivamente en la economía 
e iniciaba la desburocratización, es decir, que suprimía 
procesos administrativos innecesarios y regulaciones obsoletas, en esa medida, existían condiciones para disminuir 
su presencia en la economía y por lo tanto para eliminar 
la regulación estatal (Córdoba, 1991). En México, se estableció la liberalización (comercial fi nanciera e industrial) y 
la desregulación económica por la necesidad de expansión 
de las grandes empresas multinacionales que organizan la 
producción sobre una base mundial y por los imperativos 
del FMI y del BM (las instituciones de la “gobernancia”) que 
al favorecer los fl ujos internacionales del capital fi nanciero, 
confi eren prioridad a la inversión especulativa (inversión 
de cartera) por sobre la actividad productiva. En otras 
palabras, el país se subordinó a la internacionalización de 
los procesos lucrativos y a la integración de los mercados 
fi nancieros internacionales. Con este conjunto de medidas 
la economía nacional se insertó defi nitivamente en la lógica 
de la globalización y acrecentó su vulnerabilidad frente a 
los mercados fi nancieros, monetarios y de divisas (“efecto 
tequila”)
46
.
Con la estrategia dual (superar los desequilibrios ma-20   os de pol tica en M xico
croeconómicos e instrumentar la reforma estructural), los 
gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto 
Zedillo consolidaron la transición de una forma de Estado 
a otra, que en el discurso ofi cial se nos presentó como la 
Reforma del Estado; la que inició formalmente en 1982 con 
la asignación de una nueva responsabilidad económica: de 
su masiva intervención en la economía como propietario, 
el Estado dejó de tener injerencia en áreas no prioritarias 
ni estratégicas, para centrar su actividad en aquéllas involucradas con la (cada vez más endeble) soberanía nacional. 
En los años siguientes se afi anzó la reforma del Estado 
como sinónimo del cambio en todos los terrenos de la 
vida nacional, cuyos rasgos más visibles fueron: disciplina 
presupuestal, disminución de la burocracia, contención 
salarial, liberalización comercial, crecimiento económico 
orientado hacia fuera, aumento de la inversión extranjera 
directa en actividades especulativas, desregulación estatal, 
concentración discordante del ingreso, etcétera.
A manera de conclusión
La política neoliberal en México tuvo dos etapas:
La primera o de transición del modelo Keynesiano al 
modelo neoliberal. Transcurrió del primero de diciembre 
de 1982 (cuando inició el gobierno de Miguel de la Madrid) a diciembre de 1987 (cuando se decretó el Pacto 
de Solidaridad Económica). La prioridad fue generar excedentes para el servicio de la deuda externa mediante 
políticas contractivas de la demanda interna agregada, que 
se concretaron en: disminución del gasto público, venta de 
paraestatales, aumento de precios y servicios del sector 
público, disminución de los salarios reales, restricciones crediticias, subvaluación cambiaria y la liberalización comercial 
con el ingreso de México al GATT, 1986, lo se convirtió en 
el sexenio de crecimiento cero (0.22% promedio anual): la 
así llamada “década perdida”.
La segunda fase, de 1987 en adelante. Su principal 
objetivo fue la estabilización de precios y se concretó en 
el gobierno de Carlos Salinas en: ampliación de la apertura 
comercial, por la fi rma del TLC; fi jación del tipo de cambio, 
por la sobrevaluación; eliminación del défi cit fi scal, por las 
privatizaciones y la caída del gasto público; liberalización de 
la inversión extranjera directa, prioritariamente la inversión 
de cartera o especulativa. Después del “error de diciembre” de 1994, Zedillo mantuvo el modelo con apertura 
económica, disminución del gasto público y de los salarios 
reales; acompañado por una política monetaria y crediticia 
restrictiva, ensanchando las privatizaciones (ferrocarriles, 
aeropuertos) y la sobrevaluación del peso. Lo más “relevante” de su gobierno fue la frialdad con la que aplicó el severo programa de ajuste económico de 1995 y la herencia 
histórica del Fobaproa
47
.



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