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lunes, 19 de noviembre de 2012

POLITICA EDUCATIVA EN MEXICO


Reflexiones en torno a una
periodización de la política
educativa en México
Laura Lima Muñiz*
Salvador Moreno Kalbtk**

En es te artículo se analizará brevemente los problemas y alternativas de la
periodización relacionada con la política educativa en México durante el siglo
pasado. Si se hace una revisión historiográfica del México decimonónico, la
periodización más utilizada se sustenta en una división cronológica a través de los
sucesos meramente políticos, basada en los cambios de control de poder.
Eugenia Meyer, por ejemplo, plantea que podrían ofrecerse cambios en los
cortes tradicionales de IF historia de México de 1821 a 1910. Dividida generalmente
de 1821 a 1854; de 1854 a 1876 y de 1876 a 1910. Sugier? que habría
posibilidades “para el concepto porfuiato, como régimen de orden y progreso
constituido desde 1877 hasta 1914”;’ indicando que fue con la caída de Huerta
cuando se rompió el viejo orden. Asimismo, acepta Meyer que “Hasta hoy, en la
periodización empleada tradicionalmente en la historia de México,subsiste el viejo
concepto de la demarcación ... basada en los cambios de control de poder: periodo
prehispánico, colonial, independiente y esa monumental vaguedad definida como
periodo nacional”?
Profesora de tiempo parcial en la Univenidad Autómma Metmpolitana-Iztapslapa. Integrante del Seminario
de Historia de la Educación en Méxim. Fuentes (1867-1910). Universidad Pedagógica Nacional.
** Pmfesor e integranie del Seminario de Historia de la Educación en Méxica. Fuentes (1867-1910).
Universidad Pedag6gica Nacional.
135
ETAPALAPA26
Otra opción ha sido la periodización con base en
la coyuntura, siempre y cuando el hiio conductor de la
investigación sea la problemática de la transición?
Es necesaria una periodización que responda al
desarrollo político, haciendo para el siglo XM tres
cortes: 1821-1857, 1857-1876 y 1876-í910, a través
de los cuales se pueden identificar los rasgos
relevantes de la política educativa -eje central de
este estudio-, particularmente el nivel jurídico-po-
Iítico de la educación contenido en las leyes y en
los informes de gobierno; es interesante también
caracterizar las corrientes ideológicas sustentadas
en los principios filosóficos contenidos en los planes
y programas de estudio, métodos y sistemas
educativos.
Hac& e l co~trodl el Estado
en la edueaci6n 1821-1857
La primera mitad del siglo xm se caracterizó fundamentalmente
por la confrontación de dos fuerzas
políticas e ideológicas en los proyectos sociales,
económicos y jurídicos. Proyectos que algunas veces
sirvieron para justificar la toma del poder político
y en otras para expresar un claro intento reformista
de la sociedad mexicana.
Con la consumación de la Independencia se inició
un largo proceso para conformar al Estado-Nación
mexicano que se extendería prácticamente hasta
1867 con la restauración de la república liberal.
La emancipación política por sí sola no resolvió los
problemas del país, era preciso organizar políticamente
a la nación; proyectos y aspiraciones de los
sectores dominantes de la sociedad decimonónica no
se hicieron esperar.
136
En principio, la alternativa política del país fue
su definición como Estado, las opciones eran el
Imperio o bien la República Central o Federal. La
élite heredera de la sociedad colonial apoyaba los
dos primeros proyectos, en tanto la élite política
generada por la propia revolución independentista
pugnaba por la federalización de la república. Los
diversos grupos recurrieron además a otra forma de
organización: las logias masónicas del rito escocés
y del rito Yorkino, respectivamente?
En este contexto, se manifestaba la necesidad de
expandir el sentimiento nacionalista, y hacia la década
de 1830 se busca la creación de una sociedad
secular, donde la educación jugara un papel preponderante.
Se le otorgaba gran importancia al poder
transformador que ésta tendría en la sociedad.
Los gobiernos, tanto liberales como conservadores,
en la primera mitad del siglo XIX no rechazaron
la experiencia colonial en materia educativa. Estas
dos corrientes tenían una preocupación común: organizar
política y económicamente a la nación, además
coincidían en plantear que la educación elemental
era necesaria para lograr un rápido mejoramiento
material y social en el país.
José María Luis Mora sostenía que el liberalismo
mexicano no avanzaría si no se hacía frente a problemas
como libertad de opinión, supresión de leyes
represivas, abolición de privilegios del clero y del
ejército, supresión de instituciones monásticas y la
organizacUInde la educación sobre bases nuevas. De
estos planteamientos se desprenden los principios
de la reforma liberal de 1833. Respecto a la forma de
enfocar el problema del desarrollo económico, Charles
Hale catifica a esta corriente como doctrinaria?
El proyecto conservador delineado y defendido
por Lucas Alarnán sustentaba su ideología en la
Política educativa en México
tradición española y consideraba que después de
1821 y frente a la inestabilidad política reinante,
después de la independencia, el único lazo de unión
entre los mexicanos era la Iglesia. A diferencia de
Mora, sostenía que el estado debería promover el
desarrollo industrial, proyecto que cristalizó parcialmente
en 1830 con la creación del Banco de Avío y
en 1842 con la organizaciónde la Dirección General
de Industrias. Hale identificó esta corriente como
pragmática, por la reforma proteccionista de enfocar
el desarrollo económico con base en la acción del
Estado como promotor del desarrollo industrial!
Las acciones de ambas corrientes por implantar
sus proyectos fueron radicalizándose a partir de la
tercera década del siglo XIX.
En el aspecto educativo ambos grupos coincidían
en la importancia que la educación tenía para
la nación. Alamán, por ejemplo, desde 1823 hahía
declarado que sin educación no podía existir libcrtad,
aunque los conservadores no se oponían a que
el clero mantuviera ingerencia en la instrucción y la
impartiera. Mora coincidió con Alamán en la relación
educación-libertad; sin embargo, la diferencia se
marca en el camino a seguir, ya que se oponía a que
el clero fuera la institución donde descansara la
responsabilidad de expandir la educación.
En 1833 se marca un hito en la política educativa
del país; los liberales estaban representados políticamente
por Valentín Gómez Farías quien, como viczpresidente,
promulgó una serie de reformas que afectaban
los privilegios del clero, del ejército y, en su
conjunt0,delgrupoconservador. Mediante eldecreto
del 19 de octubre de este año se “autoriza al gobierno
para arreglar la enseñanza pública en todos sus ramos,
en el distrito y territorios...”’ responsabilizándose
al Estado de la dirección de la instrucción. Otras
leyes tendentes a regular la educación fueron: la ley
del 23 de octubre que establecía la libertad de enseñanza
y disponía la creación de establecimientos de
instrucción pública en el Distrito Federal y territorios,
y el decreto del 26 de octubre que establecía la
creación de una escuela normal para hombres y otra
para mujeres. El método educativo que se autorizaba
enestas instituciones eraeldeenseñanzamutua.Este
último decreto tiene una relevante importancia ya
que al suprimirse la Real y Pontificia Universidad de
México por considerarse inútil, irreformable y perniciosa,
era indispensable sustituirla por otros establecimientos
de educación superiorycrearparalelamente
la Dirección General de Instrucción Pública para
el Distrito y Territorios Federales. Este paquete de
reformas de carácter educativo fue gradualmente determinando
el control del Estado sobre la educación.
Otras medidas decretadas en 1833 fueron las
relacionadas con la disciplina escolar y los planes y
programas de estudio. Ante estas disposiciones la
reacción conservadora no se hizo esperar, en 1834
se presentó un movimiento dirigido por Antonio
López de Santa Anna, quien en enero de 1835 desconocía
a Gómez Farías como vicepresidente. La
respuesta legislativa, bajo dirección de los conservadores,
fue la implantación de las Siete Leyes
Constitucionales entre 1835 y 1836, que implicó el
establecimiento de una república centralista.
El ramo educativo, consecuentemente, sufrió
una nueva regulación; en 1834 la educación sería
atendida por la Compañía Lancasteriana -fundada
en México en 1822-, y. hacia 1842 se responsabilizó
a ésta de la Direccion General de Instrucción
Primaria! Dicho organismo, para 1843, se denominaría
Junta General Directiva de Instrucción Pública,
integrada por la Compañía y por rectores de
137
IZTAPAtAeA 26
colegios y universidades, coordinados por el Ministerio
de Justicia e Instrucción Pública. Por el carácter
centralista de la república, la Junta facultó a la
Compañía Lancasteriana para responsabilizarse de
la educación primaria, en tanto las Compañías de los
departamentos pasaron a ser subdirecciones?
En diciembre de 1842, se inició la elaboración
de una nueva Constitución, las “Bases Orgánicas de
la República Mexicana”, promulgada en junio del
siguiente año. Se establecía el régimen político centralista,
y se dividía al país en departamentos, éstos
a su vez en distritos, partidos y municipalidades. Las
asambleas departamentales fueron las responsables
de administrar y fomentar la instrucción pública en
todos sus ramos y el encargado de la organización
fue Manuel Baranda, secretario del Ministerio de
Justicia e Instrucción Pública.
Durante la década de los cuarenta, Baranda him
una reflexión sobre la situación que guardaba el ramo
educativo. En su Memoria, presentada al Congreso
en enerode 1844, hacía hincapié en la responsabilidad
del Estado para buscar y ofrecer fondos suficientes
para la atención de la educación pública. Asimismo,
incidía sobre la inoperancia de los Oétodos de enseñanza,
la necesidad de dar un orden jer;írquico y
congruente a las materias que integraban las pianes de
estudio, y finalmente, expresaba su inquietud por la
necesidad de ampliación de la red escolar en el país.”
Baranda buscó desarrollar una sección educativa
que subsanara los problemas descritos, sinembargo,
la situación política interna del país y la amenaza de
guerra con Estados Unidas de América impdieron
bu realización.
Para 1846, año en que el país recobró el sistema
político federal, fue designado José María Lafragua
para atender lo concerniente a la Instrucción Pública.
138
La situación económica por la que atravesaba el
país era el obutáculo para impulsar presupuestalmente
los avances educativos; así, el 23 de diciembre
de 1846 se expidió un decreto por medio del cual
se responsabilizaba a cada entidad Federativa sobre
los fondos necesarios para i!xpulsar la educación
pública en las respectivas jurisdicciones.
El retorno al federalism0 se produjo en los albores
de la guerra con Estados Unidos de América. “La
invasión norteamericana no produjo [...I un sentir
generalizado de patria en peligro en la medida en
que no existían los elementos de unión para ello, es
decir, no había sentimientos nacionales porque no
había nación”.”
Política educativa en México
La guerra culminó con la firma del tratado Guadalupe-
Hidalgo (1848) y con la pérdida de la mitad
del territorio nacional. La situación económica del
país era crítica y el abandono de la instrucción pública
palpable.
Durante los siguientes años se presentó una permanente
inestabilidad política, las gobiernos se bucedían
sin resolver los problemas nacionales. Para
1853, el general José María Lombardini al frente del
poder ejecutivo dio a conocer una Ley de Instrucción
que devolvía a la Iglesia no solamente su presencia
en los planes y programas de estudio, sino que
además le otorgaba participación en el control de la
educación pública.
Cuando Santa Anna retornó al poder para el
ejercicio de lo que fue su Último mandato, mantuvo
en vigor aunque por corto tiempo la citada Ley. La
revolución de Ayutla, y el cambio político generado
por la victoria de la misma, canceló la aplicación
del ideario conservador en materia educativa,
presentándose una vez más la disyuntiva acerca de
la dirección que debería’seguir la política educativa
oficial.
Durante el breve gobierno de Juan Álvarez pcico
se pudo hacer; una vez que Ignacio Comonfort fue
instalado como presidente interino de la república,
de acuerdo con lo estipulado en el plan revolucionario
en febrero de 1856, convocó a la celebración de
un Congreso Constituyente para estructurar la vida
política nacional en sus diferentes aspectos, incluiido
el educativo.
En los debates se pusieron de manifiesto las
diversas tendencias representadas por los diputados,
siendo notable el predominio que lograron los liberales
moderados, particularmente en las temáticas
sobre libertad de cultos y sobre educación.
No se tomaron decisiones de carácter definitivo,
lo que para muchos estudiosos sobre el tema representa
solamente una postergación y una indefinición,
puesto que a final de cuentas el Congreso por
una mayoría relativa determinó declarar la libertad
de enseñanza.”
En una de las sesiones del Congreso Constituyente
de 1856, el Artículo 3O fue tema de acaloradas
discusiones, la redacción final aprobada fue: La
enseñanza es libre. La ley determinará qué profesiones
necesitan título para su ejercicio y con qué
requisito se deben expedir. Así se consolidaba el
principio de la libertad de enseñanza.
Para los liberales más radicales esto no representaba
una victoria total, ya que en su proyecto de
política educativa el objetivo era la dirección del
Estado sobre la educación, y, de momento, solamente
se ratificaba la posibilidad de participación en las
funciones educativas, pero precisamente al marcarse
una “libertad” para educar, cualquier institución podría
incidir en ella, lo cual dejaba abierta la opción
a los sectores conservadores de la sociedad.
Para los liberales moderados, el texto Constitucional
de 1857 sí permitía la aplicación de su proyecto
en relación con el tema.
El Estado-educador: 1857-1876
La Constitución de 1857 no fue respetada por todos
los sectores políticos de la sociedad mexicana e
inmediatamente después de su promulgación se suscitaron
una serie de levantamientos armados organizados
pr los conservadores, de los cuales el movimiento
del Plan de Tacubaya, jefaturado por el
139
IZTAPALAYA 26
general Félix Zuluoaga en diciembre de 1857, fue
el más importante.
Se produjo entonces la Guerra de Tres Anos que
comprometió de manera decisiva a conservadores y
liberales, cada uno de ellos con sus propias ideologías
y concepciones políticas. La ludia se prolongó
hasta el final de 1860 cuando los liberales alcanzaron
el triunfo militar. Es importante resaitar en ese
conflicto la promuigación de las Leyes de Reforma,
que determinaron la separación Iglesia-Estado, la
nacionalización de los bienes del clero y la secularización
de las actividades piiblicas de la sociedad
mexicana, incluida entre ellas la educación.
En 1861, en un pais devastado por la guerra y
con graves problemas económicos y socides, el
proyecto liberal triunfpnte intentó UM definición en
torno a la problemática educativa, para ello el 15 de
abril se decretó UM Ley de Instrucción Pública novedosa
que a través de sus siete títulos y sesenta y
nueve artículos pentaba los lineatnientos que de
acuerdo con los objetivos del Estado deberían regir
a todos los niveles educativos.
En la Ley se establecía que:
la instrucción punaria en el Distrito y Tenitonos... bajo la
inspección federal (será) la que abrirá escuelas para nifiog
de ambos sexos, y auxiliará con sus fondos las que se
sostengan por sociedades de beneficencia y por las municipalidades,
a efecto de que se sujeten todas al presente pian
de estudios... El mismo gobierno federal sostendrá en los
estados, profesora, para Nfios y d a s , que se destinarán a
la enxñanza elemental en los pueblos &os que caremn
de escue~s!3
Esta Ley se preocupaba por extender la red escolar
a nivei nacional, además perfilaba el control e
140
inspección de las escuelas sostenidas por los fondos
públicos. Intentó unificar la educación elemental
mediante la sujeción de un plan de estudios, donde
se incluía el estudio de la Constitución y de la
historia del país. Podemos afirmar que a partir de
esta Ley se consolidó la intervención del Estado en
los asuntos educativos. Cabe hacer notar que el
documento estrictamente era vigente para el Distrito
y Territorios Federales dejándose a las Entidades
Federativas la libertad para retomar aquello que
consideraran conveniente y aplicarlo en sus respectivas
jurisdicciones.
La pobreza del erario público propició que Benito
JuBreq presidente constitucional para el periodo
de 1861 a 1865, planteara una moratoria de dos años
para el pago de la deuda externa, incluida la contraída
con Londres. Esto propició que los acreedores del
país-lnghterra, España y Francia-, formaran una
convención tripartita para el cobro de la deuda; sin
embargo, los motivos expansionistas superaban el
interés por cobrarla, ya que para esta década en
Europa era manifiesta la transfonnacidn del capitalismo
de libre competencia en monopolista. Ante la
actitud del capitalismo europeo el gobierno mexicano
derogó la ley expedida por el Congreso el 17 de julio
de 1861, conviniendo en el pago de los a&& del
gobierno; sin embnrgo, los países acreedores, cuyos
representantes se reunieron en iundres, determinaron
piesioaar a México: entre diciembre de 1861 y enero
de 1862 hicieron desembarcar ejércitos en Veracruz.
En lob primeros meses de 1862, se. efectuaron
negociaciones con los representantes de Inglaterra,
España y Francia, que culminaron con la firma de
los Tratados de la Soledad, los cuales permitían a
México un apiazamiento para el pago de su deuda.
Francia fue el único país que persistió en sus dePolítica
educativa en M¿xico
seos intervencionistas y su ejército avanzó sobre el a n -
tro de nuestro país. La guerra se generaluó, el gobierno
de Juárez, como lo escribió Justo Sierra, se
volvería trashumante.
Los conservadores, aliados a los franceses, deseaban
establecer como forma de gobierno la monarquía,
actitud que tuvo como consecuencia el
establecimiento del Imperio de Maximiliano (1864-
1867). La Junta de Notables integrada por conservadores,
creada a instancia del General Elías Federico
Forey -jefe del cuerpo expedicionario enviado
a México en 1862-, consideraba que el sistema
republicano federal o antral era la causa de los males
que aquejaban a la nación, por lo tanto se debía
establecer en México un régimen m~nárquico.~‘
De acuerdo con el Tratado de Miramar, firmado
en abril de 1864 con el emperador francis Napoleón
111, el príncipe austriaco Maximiliano se trasladó a
México en donde, con el respaldo del ejército extranjero
y de los conservadores, estableció el segundo
imperio.
No obstante la alianza mencionada, Maximiliano
continuó con la aplicación de la política liberal,
mantuvo en vigor la Ley Lerdo, la libertad de cultos
y el registro civil.’5 En el terreno educativo, en 1865,
el emperador apuntaba las características para organizar
la instrucción pública:
accesible a todos, pública y gratuita, al menos la elemental.
Consecuentemente con los principios liberales, prohibía
categóricamente la injerencia de la Iglesia en la educación
p6blica [...I La Iglesia se limitaría a impartir la enseñanza
seminarística a los sacerdotes y, en todo caso, la instrucción
religiosa a los fieles. Asimismose ordenaba la formación de
escuelas normales servidas por los mejores maestros del
país, y se establecían escuelas secundarias cuya atención
debía enfocarse al estudio de las lenguas vivas y de las
ciencias
Ektas ideas se concretizaronen la Ley de Instrucción
Pública del 27 de diciembre de 1865, donde se
diluye el principio de gratuidad de la educación
elemental, al establecer que ésta sólo será para quienes
“exhibieran pruebas de pobreza bastante”, en
caso contrario se debía pagar la cuota mensual de un
peso; se mantenía el carácter obligatorio y la vigilancia
de los ayuntamientos del Ministerio en las
Respecta a la instrucción secundaria, la legislación
establecía su reorientación conforme al modelo
de los liceos franceses, la vigilancia para el cumplimiento
del plan de estudio, la reglamentación para el
otorgamiento de becas, la matrícula y los libros de
texto. Respecto a los profesores “se elegirán de entre
los que hubiera ya servido con mayor aprovechamiento
y desprendimiento, los provisionales servirán
tres años (desde enero lo de 1866), y al término de los
mismos, sustentarán un examen cuyo resultado determinará
su contratación o remoción”.18
Fue vigente el documento mientras el imperio se
mantuvo y exclusivamente en las regiones controladas
por el ejército de Maximiliano. Cabe advertir
que cuando se restauró la república algunas de las
ideas de la política educativa imperial fueron recogidas
por los liberales.
En 1867, cnmo se advirtió, la derrota del imperio
y, desde luego, la victoria republicana favorecida
por una creciente participación popular que respaldaba
al grupo liberal, fueron factores importantes
para la conformación del Estado-Nación.
Se abría la oportunidad para la implantación de
un nuevo proyecto global en los aspectos económi-
141
escuelas primarias públicas. x
IZTAPALAPA 26
co, político y educativo, impulsado decididamente
por el gobierno, que tuvo la oportunidad de disfrutar
la paz deseada.
Nuevamente los esfuerzos educativos se hacen
presentes. Juárez asume la necesidad de formular un
plan de reorganización educativa. Esta nueva orientación
se sustenta en el positivismo y busca decididamente
la dirección del Estado en la educación.
En este año, Juárez integró una comisión encargada
de formular un plan que reorganizara la educación,
la cual estaba presidida por Gabino Barreda.19
Esta comisión elaboró la Ley Orgánica de Instrucción
Pública del 2 de diciembre de 1867 para el
Distrito y Territorios Federales. La ley tiene un
contenido positivista, donde se expresa una identificacih
entre la ideología y la política de los liberales,
es decir, el liberalismo se asocia al positivismo y
determina la identificación de los preceptos educativos:
la gratuidad de manera formal y la obligatoriedad.
La nueva legislación educativa orientó y reorganizó
la instrucción desde la primaria hasta la profesional,
además buscó la unificación de la enseñanza.
También fueron importantes la creación de la Escuela
Nacional Preparatoria, la fundación de la Escuela
Secundaria para Señoritas y la reglamentación de la
educación superior. Se suprimió la educación religiosa,
creando una patriótica y En tomo
a la metodología, “el sistema de la observación y de
la experimentación, con primacía sobre las letras
y la religión, tuvo influencia en los métodos y en las
materias de enseñanza”.2’
La ley de diciembre de 1867 también es conocida
como “Ley Barreda” y su reglamento fue expedido
el 24 de enero de 1868. La ley fue reformada dos
años después el 15 de mayo de 1869.
142
La principal condición para esta reforma fue
delineada por el propio Juárez, de acuerdo con los
puntos siguientes:
1. Establecer una amplia libertad de enseñanza.
2. Facilitar y propagar cuanto sea posible la instrucción
primaria y popular.
3. Popularizar y vulgarizar las ciencias exadas y
naturales.
4. Conservar y perfeccionar para la enseñanza secundaria
la instalación fundamental de las escuelas
especiales.”
Gabino Barreda fue el responsable de la reorganización
académica, no solamente de los niveles
básicos de la educación. AI ser una preocupación
fundamental la enseñanza superior, de acuerdo con
la filosofía positivista que sustentaba Barreda, incidió
en la creación de la Escuela Nacional Prepratoria
en donde deberían estudiar con el mayor rigor
científico los intelectuales que formarían el sector
de profesionales de la época. “El positivismo se
introdujo en México no sólo como filosofía, sino
también como sistema educativo”.”
Por algún tiempo, el proyecto educativo liberal
se apoyó en el positivista al encontrarse coincidencias
importantes entre ambos:
para realizar el proyecto de Barreda era necesario que la
educación se iniciara desde la primaria y que todos los
mexicanosasistieran alaescuela; por tanto, la instrucción
primariadebería ser obligatona.Estaobli~atonedadnos61o
implicaba confar con piankles adecuados, sino también con
maestros preparados dentro de la ideología positivista.”
Barreda puso en práctica en México su propia
concepción del positivismo, al lema comtiano
Política educativa en México
,
I
“Amor, Orden y Progreso” le aplicó la adaptación,
“Libertad, Orden y Progreso”, mucho más acorde
con la realidad social y política vigente en México,
por aquellos años.
Hacia 1872, después de la muerte de Juárez,
Sebastián Lerdo de Tejada como presidente de la
república mantuvo en vigor los aspectos esenciales
de la legislación educativa precedente y ordenó
una revisión exhaustiva del sistema y de las
instituciones.
Esta tarea fue desempeñada principalmente por
José Díaz Covarrubias, quien hacia 1874, siendo
encargado del ramo educativo, elaboró un trabajo
que combinaba los elementos metodológicos de la
época con los informes cuantitativos y cualitativos
que le presentaron los estados de la federación; el
conjunto de su investigación posteriormente fue presentado
como un libro.=
Durante su gestión, el presidente Lerdo de Tejada
incorporó las Leyes de Reforma a la Constitución
y como una aportación trascendente, en materia
educativa, reglamentó de manera precisa el laicismo
en la educación al prohibir de manera expresa la
impartición de materias y contenidos religiosos en
las escuelas oficiaies?
En 1876 se produjo la revolución de Tuxtepec
que tuvo como figura central al general Porfirio
Díaz, el movimiento resultó triunfante y obligó a
cambios estructurales en el poder. Esta situación
favoreció una nueva relación entre el liberalismo y
el positivismo, con el fortalecimiento de este último:
“A fines de la década de los setenta y principios de
la siguiente se desarrolló la verdadera crisis entre los
liberales y positivistas”?’
La política educativa, desde ese momento, tendrá
variaciones importantes tanto en el aspecto for-
143
IZTAPALAPA 26
mal como en los de carácter operativo, éstos serán
motivo de estudio en el tercero y último apartado.
Consolttoelón del siftema educativo
nacional: 1876-1910
Si bien en las diversas fases de este periodo podemos
encontrar variables y características particulares
dentro del proceso mismo de la política educativa,
también es posible detectar algunos elementos que
se mantuvieron de manera permanente, entre ellos:
- El mantenimiento formal del contenido del Articulo
3’ constitucional, como premisa básica de
orden legislativo.
- La consolidación de instituciones educativas de
los niveles básicos, medio y superior.
- El fortalecimiento de la posición del estado y de
su intervención en la formación ideológica de la
sociedad.
- El incremento en la formación de cuadros de
intelectuales y técnicos necesarios para el desarrollo
nacional.
- La búsqueda sistemática y la correspondiente
aplicaciónde una nueva metodola& pedagógica,
cada vez más sólida y científica.
- La ampliación de los servicios educativos a un
número creciente de la población aunque conservando
un sentido elitista y urbano. - La participación consciente de un magisterio
comprometido fundamentalmente en el afán de
servir a las comunidades.
- La práctica constante de reuniones formales, muchas
de ellas con el carácter de Congresos para la
discusión, revisión y en su caso la formulación de
144
propuestas pedagógicas consistentes, algunas de
las cuales alcanzaron el rango de norinas jurídicas.
- El predominio del positivismo como doctrina filosófica
dominante, manifiesta en el conjunto de
las acciones de la golfheducativa nacional. “La
plataforma ideol6gica del porfuiato (1876-1910)
se sustentó en las doctrinas positivistas y en el
- En conjunto, la Ración iniciaba el camino desde
una sociedad tradicional para llegar a constituirse
como una sociedad moderna. Particularmente,
esta condición se ¡ntensii¡uj en la Última dBcada
del siglo XM. En el proceso de modernización, la
política educativa fue un elemento importante
ejercido por el régimen en su compromiso político
en favor del fomento de la indmtrialización y
los avances teuu>iógicos.29
Durante este periodo, se sucedieron consecutivamente
una serie de elementos y de acciones en la
política educativa nacional.
En su primer mandato, el presidente Díaz favoreció
notablemente a la corriente positivista, en tanto
su ministro de Justicia e Instrucción Pública, Protasi0
Tagle incorporaba al reglamento de las escuelas
nacionales primarias el principio de la “utilidad de
la enseñanza”, proponía una reforma para la escuela
secundaria de nibs con la intención de convertirla
en la promotora de las futuras profesoras y creaba
las “Academias” en donde los pedagogos aportaban
recomendaciones que deberían enriquecer el acervo
de los maestros en servicio.
Por ese tiempo, también el Ayuntamiento de la
ciudad de México restablecía el sistema de oposición
para habilitar y normalizar los nombramientos
de los docentes.
Política educativa en México
En 1880 accedió al poder el General Manuel
González, al principio políticamente vinculado a la
figura de su antecesor, pero quien en el ejercicio de
su mandato, gradualmente intentó romper tal condución,
y para ello favoreció la participación de liberales
de tendencia radical con la intención de dismxnuir
el avance de la corriente positivista.
Fue Ezequiel Montes, como secretario de Justucia
e Instrucción Pública, el encargado de formular
una nueva legislación en el sentido antes señalado y
modificar los planes de estudio de instituciones de
distintos niveles, especialmente los de las carreras
que se cursaban en la Escuela Nacional Preparatoria.
Destacó como crítico de la ideología positivista José
María Vigil, seguramente el intelectual liberal más
connotado durante esta fase.
En torno a la educación, resulta interesante el
análisis del papel que jugaron los medios de difiisión,
particularmente los diarios: Lo República y La
Libertad; el primero, de clara filiación liberal, y @:I
segundo, aunque su nombre indicaba precisamente
lo contrario, era de tendencia positivista.30
Es importante mencionar que para este tiempo fue
organizado el primer Congreso Higiénico Pedagógico
(1882), con la intención de revisar los aspectos materiales
y la administración de los planteles escolares
dada su importancia para el cumplimiento de las furiciones
educativas. En este acto se determinaron cuáles
deberían ser las mejores condiciones para el trabajo
escolar: edificio, aula, anexos, iluminación, ventilación,
tamaño y forma de los pupitres, libros de texto,
sus grabados y tamañas de las letras, además muchca
otros aspectos de apariencia secundaria, pero que en
conjunto pueden llegar a ser determinantes para el
alcance de un aprovechamiento escolar óptimo; elsmentos
menudos que, al ser contemplados en su totalidad,
constituyen la vida cotidiana del escolar, aspectos
de orden definitivo cuando se es niño
tiene UM visión muy propia del entorno social.
Las presiones políticas propiciadas por la fuerza
creciente ejercida por Día& el repunte del positivismo
y la debilidad creciente del gobierno de González,
fueron factores que se combinaron para la sustitución
de Montes por un nuevo secretario del ramo,
Joaquín Baranda, importante político de la educación
que mantuvo el cargo desde 1883 hasta 1901.
En 1884, Díaz volvió a ocupar la presidencia y
se mantuvo hasta 1911, cuando el triunfo de la
revolución maderista lo obligó a renunciar. Díaz,
comprometido con los representantes del positivismo,
entre sus acciones de gobierno se preocupó por
el desarrollo de una política educativa que podríamos
considerar integral, al abarcar los aspectos jurídico,
social, financiero y pedagógico, tarea en la
cual contó de manera sistemática con el esfuerzo de
Baranda, quien a su vez supo aprovechar los empeños
de numerosos pedagogos comprometidos con la
tarea de modernizar la educación.
En el aspecto jurídico, destacaron las Leyes de
Instrucción Pública de 1888, 1891, 1896, 1901 y
1905. En la primera de ellas se reafirmó el carácter
obligatorio de la instrucción primaria para los niños
entre seis y doce años de edad y se prohibió el
servicio de ministros de cualquier culto en las escuelas
públicas.
La Ley de 1891, como resultado de los Congresos
de Instrucción Pública celebrados poco tiempo atrás
-más adelante serán comentados-, determinó la
confirmación del carácter obligatorio, laico y gratuito
de la instrucción elemental para las escuelas del Distrito
y Territorio Federales, e insistió en la conveniencia
de la uniformidad de las mismas. También por el
145
r,”
mismo documento fue creado el Consejo Superior
de Instmcción Primaria que se responsabilizaba de
la organización de la educación en el nivel elemental.
En 1896, se estipuló que la instrucción oficial
primaria elemental dependería exclusivamente del
ejecutivo de la Unión, precepto válido sólo para el
Distrito y Territorio Federales, condición que asegura
técnicamente el respeto que se guardaba al pacto
federal.
En 1901, la Secretaría de Justicia e Instrucción
Pública modificó su estructura orgánica al ser creada,
en la práctica y con un carácter independiente, la
Subsecretaría de Instrucción, dependencia que tendría
bajo su inmediata dirección las institucbnes
educativas y a través del Congreso Superior de Educación
Púbiica, supervisaba las acciones concretas
de la política educativa. En este año, Baranda fue
‘sustituido por Justino Fernández como secretario del
ramo, y la Subsecretaría aludida fue ocupada por
Justo Sierra, quien en 1905 fue encargado de la
dirección de la nueva Secretaría de Instrucción PÚblica
y Bellas Artes, creada expresamente para atender
todo lo relacionado con esta función social, en
reconocimiento a la importancia de la educación.
La acción política educativa de Baranda abarcó
la educación básica, la superior y la normal, contando
con la cooperación y el entusiasmo de algunos
gobernadores y de los cuerpos académicos existentes.
En relación con la educación normal fue importante
el trabajodesarrollado en el estado de Veracruz
por Enrique Laubscher y Enrique C. Rébsamen,
quienes a partir de sus experiencias en la Escuela
Modelo de Orizaba -creada en 1883- precisaron
las características y la metodología de la vinculación
entre la práctica docente y la teoría pedag6gi~a.~~
146
Fruto trascendente fue la Escuela Normal de Xalapa,
institución formadora de profesores modernos, poseedores
y difusores de una pedagogía avanzada con
sustento científico. Muchos de aquellos profesores
llegaron a ser directores y fundadores de escuelas
primarias y normales en diversas entidades de la
república, entre ellas Guanajuato, Oaxaca, Yucatán,
Jalisco y Nuevo León.
En el impulso que se daba por entonces a la
educación normal, destaca la inauguración en 1887
de la Escuela Normal para profesores de instrucción
primaria en el Distrito Federal, complementada tres
años después p r la Escuela Normal para profesoras
y que, en conjunto, llegaron a ser las simiente de la
actual benemérita Escuela Nacional de Maestros.
Muchas otras normales se fortalecieron o fueron
creadas en las siguientes décadas.
Política educativa en M€xiw
En el proceso de consolidación del sistema educativo
nacional fueron de extraordinaria importancia
los Congresos Nacionales de Instrucción Pública
de 1889-1890 y 1890-1891.
El primer congreso h e denominado por el propio
Baranda como “congreso constituyente de la enseñanza”.
En el discurso inaugural Baranda expresó:
nadie duda ya de que la base fundamental de la sociedad es
la instrucción de la juventud, y si lo ha sido y lo es en
naciones regidas por institucioes monárquicas, en donde la
ciencia, la honradez y la voluntad de un hombre pueden
hafer la felicidad de un pueblo, cuánto más no lo scr4 en una
República Demou4tica, en don& la soberanía reside en el
mismo pueblo y éste es el dueño y árbitro de sus destinos
(...) el Estado no se suicida y suicidarse sería mostrar indiferencia
respecto a la instnicción de la jumtud en la que todos
los pueblos, antiguos y modanos, bajo distintas fomias de
gobierno, ban vinculado su fuerza, su gloria y su porvenir,
por fortuna en México no está a disnisi6n el principio de la
enseñanza laica, obligatoria y gratuita. Está wnquistado?’
Fueron integradas veintiséis comisiones para resolver
las sesenta y siete preguntas que se sometieron
a su estudio y destacaron las dedicadas a la enseñanza
elemental obligatoria; escuelas rurales; maestros arnbulantes
y colonias infantiles; escuelas de pámlts;
escuelas de adultos; escuelas de instrucción primaria
superior; medios de sanción de la enseñanza primaria
laica, y emolumentos de los maestros.
En el segundo congreso fueron atendidas las
cuestiones pendientes del primero y además, de manera
especial, se alcanzaron resoluciones en torno
a educación preparatoria, educación normal y educación
especial.
Los debates realizados en ambos congresos
aportaron recomendaciones pedagógicas de carácter
operativo y pragmático, entre ellas la supresión de
la Compañía Lancasteriana y del método mutuo, la
determinación de una primaria elemental obligatoria
de cuatro años con materias comunes y diferenciadas
para niñas y niños, el reconocimiento de la
instrucción primaria superior de dos años como el
nivel óptimo al que podrían aspirar los niños mexicanos,
el reconocimiento de la importancia y el
carácter de todos los niveles educativos, y la consideración
de las necesidades más urgentes que deberían
ser atendidas en cada temática discutida.
Las recomendaciones expresadas en los congresos
fueron ponderadas por los funcionarios del gobierno
federal, sólo algunas de ellas llegaron a convertirse
en reglamentos o en prácticas usuales en el
contexto de la vida cotidiana escolar.
Fueron varias las innovaciones pedagógicas que
a partir de entonces se produjeron, en relación con
métodos y procedimientos didácticos, libro de texto,
programa de enseñanza y definiciones axiológicas.
Destacaron Justo Sierra, Manuel Cervantes Imaz,
Daniel Delgadillo, Lázaro Pavia, Julio S. Hernández,
Rodolfo Menéndez, Rosaura Zapata, Estefanía
Castañeda, Luis de la Brena, Gregorio Torres Quintero,
entre ellos.
La enseñanza de la geografía y la historia regionales,
nacional y mundial, el carácter didáctico del
dibujo, la metodología de la lecto-escritura, la enseñanza
de las artes y los oficios, el enriquecimiento
de los conocimientos aritméticos y su fase práctica,
fueron algunos de los modelos educativos generados,
incrementados y difundidos en las décadas finales
del periodo que analizamos.
En los años finales del porfiriato, en líneas
generales, se mantuvieron las tendencias en política
educativa señaladas con anterioridad, de esta rnane-
147
IZTAPALAPA 26
rase consolidó el carácter educador del Estado. Para
1901, existían “9 491 escuelas primarias con 718
715 alumnos; el número de escuelas secundarias y
preparatorias eran 42 con 7 O46 alumnos y las escuelas
superiores, incluida la educación normal, eran
62, con 8 524 al~mnos”.)~S eis años después, la
estadística señala 79 escuelas de nivel preescolar
con 8 880 niños; 9 541 primarias con 657 843 alumnos;
42 secundarias y preparatorias con 5 782 estudiantes
y el número de escuelas superiores, incluidas
las normales, era de 74 con 9 984 alumnos.3s
De las cifras anteriores se puede inferir: la aparición
de planteles de nivel preescolar, la disminución
en la matrícula de la educación básica y un
crecimiento relativo en la educación superior.
En el periodo comprendido entre 1868 y 1907,
en promedio, el gasto público destinado a la educación
fue de 4.5% del presupuesto general del estado,
y resulta interesante advertir que para 1909, había
aumentado a 6.7%.%
JustoSiena yaen calidadde secretariode Instrucción
Pública y Bellas Aries, durante los cinco años
finales del periodo estudiado realizó una actividad
importante no sólo para la atención cuantitativa del
ramo, sino fundamentalmente en el orden conceptual
y académico. De manera insistente favoreció la comprensión
del concepto “educar” en sustitución del
concepto “instruir“, de tal modo que el primero abarcaba
íntegramente los aspectos informativo y formativo
como fases indispensables del proceso de la
educación y ya no una instrucción que fuera un
simple acto de transmisión de conocimientos.
También, a través de las acciones del Consejo
Superior de Instrucción Pública y de modificaciones
a la legislación, logró hacer más operativa la administración
y los servicios.
148
Puede afirmarse que el proyecto de Sierra tuvo
como principal soporte la concepción del nacionalismo
en las diversas facetas de la política educativa;
con este criterio se sustentó el proyecto para la
creación de la Universidad Nacional de México,
considerada como una institución necesaria para el
fortalecimiento de la cultura mexicana.
El nuevo plantel, inaugurado en 1910, incluía a
la Escuela Nacional Preparatoria, sólo que ahora
considerada en el nivel bachillerato, ya que con toda
propiedad se establecían escuelas superiores, a nivel
de facultades, para medicina, ingeniería, derecho y
bellas artes, y además se planteaba la existencia de
la Escuela Nacional de Altos Estudios, institución
nueva en su tipo, con el propósito de formar cuadros
de investigadores.
En otro orden de ideas, un sector importante de
la sociedad civil planteaba un proyecto alternativo
de política educativa. En el programa magonista del
Partido Liberal Mexicano de 1906, como parte de
los postulados que intentaban un cambio a fondo en
la política nacional, del aspecto educativo se señalaba
(artículos del 10 al 14) la necesidad de multiplicar
el número de escuelas primarias, la cIausura
de los establecimientos confesionaies, la estricta
aplicación del laicismo y la obligatoriedad y elevación
de los sueldos al magisterio.)’
Estos postulados no tuvieron éxito inmediato,
aunque puede señalarse que se mantuvieron como
sustentos de acciones realizadas por los gobiernos
posrevolucionarios, particularmente en la segunda y
tercer década del presente siglo.
Por último, es preciso recordar el papel desempeñado
por numerosos maestros en el proceso de
consolidación de la educación mexicana y también
la participación activa durante la revolución.
Política educativa en México
Notas
1 Eugenia Meyer, “La periodización de la HistMia Contenipuránea
de Méxiw”, en Contemporary Mexico. Papers (of
the N I n t e r ~ c wC~onl g res of Mexican Hisiory, Latin
American Studies, serie Volumen 29, UCLA, 1976, pág.
731.
2 idem.
3 Ciro Cardoso (coord.), MéricoenelsigloXiX(1821-1910)).
Historia económica y de lo estruciura social, México, Nueva
Imagen, 1987, págs. 15-37.
4 iorenw de Zavala, Obras. Ensayo crítico de &s roaluciones
de México desde 1808 hasta 1830, México, Porrúa,
1969, pá@. 313-323; Carlos San Juan Victoria, ’las utopías
oligárquicas conocen sus límites”, en María del Refugio
González (coord.),La formación delEstado mexicano, México,
Porrúa, 1984, págs. 100-102; Michel P. Costeloe, La
primera república fAral1824-1835. México, FCE, 1975,
págs. 48-51.
5 Charles Hale, El liberalismo en la é p a de Mora, 1821-
1853, México, Siglo XXI, 1972, págs. 255-297.
6 ídem.
7 Salvador Moreno y Kalbtk, La reforny liberal de 1833,
Mimeo, UPN, págs. 1-5.
8 Anne Staples, “Panorama educativo al wmienw de la vida
independiente”, en Ensayos sobre hirtorio de la &ación
enMéxico, México, El Colegio de México, 1981, pág. 1210.
9 Josefina Zoraida Vázauez. Ensavos sobre historia de Za - I ,
educación ... op. cii., págs. 70-73.
10 Salvador Moreno Y Kalbtk. Bases arm- ónicos de 1843. hli- meo, UPN, págs. ú-B.
11 Luis Alberto de la Garza, ’Algunos problemas en tomo a la
formación del Estado mexicano”, en Siglo XiX, Estudios
Políticos, México, UNAM, FCPyS, abril-junio 1983, Eig.
25.
12 CG. Francisco Zarco,Historiadel Congresofitraordinario
Constituyente (18.76-1857).M éxiw, El Colegio de Méxiiw,
1956.
13 Josefina Vázquez de Knauth,NacioMiicmoy educación en
México, México, El Colegio de México, 1970, pág. 46.
14 Sergio de la Peña, La fomción del capitahma enMéxko,
México, Siglo XXI-UNAM, 1981. pág. 140.
15 Justo Sierra, Evolución política delpueblo mexicano, México,
Obras completas, vol. 12, UNAM, 1977, págs. 231-
238.
16 Ernesto Meneses Morales, Tendemiar &aiivas oficiales
en Mérico 1821-1911, México, Porrúa, 1983, pág. 158.
17 Idem. Véase además Francisw Larroyo, Historia compara-
& de la educación en México, México, Porrúa, 1977, pág.
271.
18 Meneses, op. cit., pág. 163
19 Integrada también por Francisco y José Covarrubias, Eulalio
María Ortega, Pedro Contreras Elivllde e Ignacio Alvarado,
fue nombrado ministro de Justicia e Instrucción
Pública, Antonio Martinez de Castro. A raíz de la ’oración
cívica”, pronunciada en Guanajuato por Barreda, po?
meses despues del triunfo liberal, donde hacía una apolosa
de este triunfo como el triunfo del progreso universal,
estableciendo que el triunfo del liberalismo mexicano es el
triunfo del espíritu positivo ya que México se había resistido
a las fuerzas del retroceso, se observa que Barreda hacía esta
interpretación servido del positivismo wmtiano.
20 Juan Felipe Leal, La burguesía y el estado mexicano, México,
El Caballito, pág. 68 y ss.
21 Eusebio Castro, ‘Trayectoria ideológica de la educación en
Méxiw”, Historia Mericana, México, El Colegio de México,
(14) vol. IV, octdic, 1954, pág. 209.
22 Meneses, op. cit., pág. 188
23 Luz Elena Galván de Terrazas, Losmaestros y la educación
24 idem., pág. 173.
25 Cfr. José Díaz Covarnibias, La instrucción pública en México.
Estado que guarda la instrucción primaria, la secun-
&ria y &profesional en la República. Progreso realirado,
mejoras que deben introducirse, México, imprenta de Gobierno,
1875.
pública en Mérito, México, CIES, 1985, pág. 27.
26 Meneses, op. cit., págs. 235-236.
27 Josefina Váquez de Knauth, op. cit., pág. 56.
’28 José María Calderón, Génesis delpresidencialtono en México,
México, El Caballito, 1972, págs. 29-30.
29 Cfr. Raymond Vernon, Eídiíema del desarrollo económico
de México, México, Diana, 1966, págs. 38-39. Fernando
149
Rosenzweig, “El desarrollo económico de México de 1877
a 1911”, enElbMestreeconómico,32, julio-septiembrede
1955, páps. 416-447.
30 William D. Raat, E l p s i t i v h durante elporfvurto, México.
Sepsetentas, núm. 228, 1975, pá@. 32-33.
31 Meneses, op. cit., págs. 306-308.
32Martba Curiel y et. al., Rébsamen y la revista México
Intelectual, México, UPN, 1988, págs. 24-38.
33 Salvador Moreno y Kalbtk, “El porfiriato. Primera Etapa
(1876-19OI)”, en Fernando Solana (mrd.), Historia de la
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34 Curiel, op. cit.. pág. 487.
35 Idan, pág. 491.
36ibidun, págs. 491-492.
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